Un adiós prematuro

Un punto final cuando casi se cumplen dos años de su debut con España

Saltó la noticia a final de la pasada semana, el sábado para ser más exactos. Cuando casi nadie se lo esperaba saltaba la bomba. El gadorense Juan Emilio dejaba el fútbol sala y por tanto ponía fin a su vinculación con Jimbee Cartagena.

A sus 23 años, sí lo están leyendo bien, el pívot almeriense colgaba los tenis. Se despide cuando trataba de recuperar su mejor versión a escasos 200 kilómetros de su tierra. Un adiós demasiado prematuro, como para no serlo, con toda una carrera por delante. Un punto final cuando casi se cumplen dos años de su debut con la selección absoluta, el sueño de cualquiera que haya jugado a este deporte. Más de uno querría haber tenido su enorme proyección, incluso su corta carrera.

Llegar al profesionalismo no es nada fácil. No son pocas las personas que se quedan por el camino. Una decisión rocambolesca sin mediar una grave lesión, lo que la hace más insólita si cabe. Ante su pérdida de ilusión el jugador decidía dar un vuelco a su vida, abandonado el 40x20. Cuesta entender que ha podido causar esa pérdida de ilusión con tanto por delante. El almeriense cambiará el parquet por el ejército, un giro radical en toda regla, su nueva ilusión. Pero sin duda una gran pérdida para el futbol sala nacional y en particular el almeriense.

Almería pierde a uno de sus referentes en este deporte, posiblemente el mayor hasta la fecha. Si bien es cierto que había logrado ya algunos de sus sueños, no es menos cierto que todavía tenía un largo recorrido para alcanzar nuevas metas. Un adiós que a todo amante de este deporte le hace plantearse muchas cosas. Nos despedimos de una promesa que afronta nuevos retos. Pierde el fútbol sala, pierde Gádor, pierde Almería.

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