Análisis

ramón gómez vivancos-garcía

En busca de un mediapunta creativo

La carencia más urgente no viene por el desacierto de las ocasiones generadas, sino por la falta de éstasCon uno más se deberían haber generado como poco un par de ocasionesResulta edificante competir de tú a tú con un rival que en agosto se impuso con claridad

Los milagros no existen. Bueno, en fútbol de vez en cuando, porque Grecia se alzó con la Eurocopa de 2004 y el Leicester se proclamó campeón de la Premier League en 2016, pero por lo general se suele cumplir un guion medianamente establecido, contando con la lógica evolución y el buen hacer del deportista. El choque de ayer puso en escena las virtudes y las carencias de un Almería que, ayudado por el entorno y por su propia ambición, intenta escalar peldaños con el loable objetivo de luchar con los mejores de la categoría, cuando en realidad fue diseñado para lo contrario. Cierto es que los rojiblancos van sobrados para la consecución de la primera y más importante meta, la permanencia, todavía no certificada. Sin embargo, la pretensión de engancharse a la lucha por disputar las eliminatorias de ascenso está resultando ser harto complicada, como se pudo comprobar en la tarde de ayer. Si bien, lo complejo no sería llegar, sino mantenerse en esas posiciones, aunque mejor es no adelantarse a los acontecimientos y analizar el presente más rabioso. La lógica del deporte puso de manifiesto que cuando a los de Fran Fernández se les desactiva el robo de balón en tres cuartos de campo, impidiendo así sus rápidas transiciones ofensivas en superioridad, se les anula un tanto por ciento elevado de efectividad de cara al marco contrario. Por el contrario, resulta edificante el hecho de competir de tú a tú con un conjunto que en la primera vuelta se impuso con claridad sobre el terreno de juego, pese a la derrota por la mínima. Pero la lección más interesante extraída de este partido fue la constatación de algo que desde estas líneas se refleja con frecuencia. Y es que cuando un equipo defiende con orden, incluso en inferioridad, y no le permite a los de FF sacar partido de su mejor arma, la presión y el robo de balón, las dificultades se multiplican. De nuevo, no se supo atacar en estático, por lo que apenas se creó ocasión alguna, y ahí es donde se debería incidir para desmontar uno de los argumentos más desacertados que esgrime la mayoría del entorno rojiblanco. ¿Para qué se necesita un depredador del área si no se crean ocasiones? ¿Cuántas se fallaron ayer? Ni siquiera en Alcorcón, pues el cancerbero local estuvo espléndido. La carencia más urgente no viene por el desacierto de las ocasiones generadas, sino por la falta de estas. Además, con un jugador más se deberían haber generado como poco un par de situaciones comprometidas para el contrario, pero una vez más se demostró la auténtica laguna de esta plantilla, un mediapunta creativo que sepa romper una zaga ordenada. Luego, si el ariete de turno yerra, ya se buscará el que logre un porcentaje elevado de acierto, pero mientras tanto Demirovic o el mismísimo Luis Suarez seguirían a la espera de asistencias. Ya sé, Juan Carlos Real podría cumplir ese objetivo, pero no es suficiente. Menos lo es Chema, tan prometedor como tímido. Se hablará en los mentideros futbolísticos de la ausencia de un killer pero, ¿quién le proporciona el arma con la que ejecutar? Dicho queda.

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