Está la opinión de que la sociedad no va a cambiar después de este coronavirus, argumentando que el hombre es el único animal que tropieza varias veces con la misma piedra. Pero sí, vaya que si va a cambiar, aunque para negativo, claro está que al menos España andará entre planta arvense con el peor gobierno del casi medio centenar de años de la democracia española (aunque el 97'3% de la ciudadanía respalda las medidas adoptadas por el mismo para frenar la crisis). El coronavirus ha terminado por destapar de qué pasta están hechos quienes tienen el timón del país, un coronavirus que sí cambiará el fútbol, al menos el no profesional. Calendarios aparte (otra chapuza más la propuesta de Rubiales, quien va a hacer bueno a Villar) y un tiempo sin público en directo (imaginen la felicidad de Tebas), lo más grave que le puede pasar a los equipos profesionales es que sus empleados, jugadores incluidos, perciban un montante algo más bajo del habitual. No en vano, ya lo están viviendo con los diferentes ERTE y bajadas de sueldo pactadas. Sin embargo, el más perjudicado, como leía este periodista en un mensaje de Manu López, CEO de La Preferente, va a ser ese fútbol no profesional. Cada caso es un mundo, percibiendo algunos de los ayuntamientos y otros no, o jugadores que sólo se dedican a ello y otros que lo hacen por placer. Pero a todos les va a afectar en mayor o menor medida, teniendo en cuenta que los patrocinios están entre un 25 y un 50% del presupuesto. Los arbitrajes, viajes, sueldos y demás gastos no pueden costearse sin esos patrocinadores. El que suscribe duda si ya sea una gran o pequeña empresa, ésta va a destinar una partida a un equipo cuando tiene que reducir su plantilla o el sueldo de la misma. Es difícil imaginarse a la carnicería de turno dando dinero para que el nombre de la tienda aparezca en el campo. Tocan tiempos difíciles. Y reinventarse no va a ser tan sencillo si no lo permiten.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios