No hay nada más metafórico que el viaje. Se sabe de dónde se viene y a dónde se quiere llegar. En el caso de la UDA, hay plantilla, presupuesto y proyecto, y su reto de auparse a Primera está bien encaminado. Tercero a un solo punto del ascenso directo, con un partido menos, y entre los 16 mejores equipos de la Copa, de momento, la plantilla ha declarado el estado de felicidad y Almería es la capital mundial de la ilusión, que no del ilusionismo. "Este equipo -el de José Gomes- estaría de mitad de tabla para arriba en Primera". La cita es de Iván Baliu. Sólo desde este contexto de alegría, positividad y efervescencia, cabe interpretar la opinión del lateral de origen albanés. Ejemplos, en un sentido y en el contrario, sobran para ilustrar que el fútbol es un deporte muy cambiante. Así, el Huesca cierra la tabla de Primera con el mismo equipo que consiguió el título liguero de la temporada pasada. El Granada se aupó a la élite hace dos campañas y es la revelación de este curso y pasea la grandeza de su humildad por Europa. Los ejemplos de futbolistas son aún más numerosos. La UDA 2018/19 se llenó de cedidos de equipos de Primera, con opciones de compra obligatoria en caso de ascenso, y el rastreo de la situación deportiva de la mayoría es devastador. Costas ha sido apartado por el Celta de los entrenamientos. El croata Ante Coric, en la lista de los 50 mejores futbolistas sub-18 del mundo, ha acabado en el Venlo, un desconocido de la Erdivisie holandesa. La actuación copera contra la UDA de Siviera, segundo portero del Alavés, habla a las claras de su momento. El protagonismo de Valentin James Ozornwafor en el Galatasaray turco es inexistente. Francis Guerrero está sin equipo y Kaptoum ha recalado en el New England Revolution, de la MLS americana.

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