Soy defensora de la caza. Y lo hago porque estoy convencida de que es una de las vías de escape y salvación para las zonas rurales. Cuando al hablar de una actividad humana se destaca su enorme contribución al mantenimiento de la biodiversidad y al desarrollo económico de zonas rurales desfavorecidas, actuando como un auténtico muro de contención contra el despoblamiento gracias a su capacidad para generar empleo, diversificar la economía rural y generar sinergias que favorecen el turismo rural, estamos hablanco de un fenómeno realmente especial y de un valor incalculable. Un fenómeno del que muchos líderes políticos ya se han percatado pero que a menudo se ve ninguneado por unos cuantos que, por contra, no proponen alternativas que puedan equipararse a los grandísimos beneficios de la cinegética. Mi conocimiento de la temática, como ciudadana de un entorno rural con gran trayectoria cinegética, me lleva a pedir a los candidatos a la alcaldía que el domingo se alcen con la victoria que desde sus puestos de gobierno impulsen este deporte tran tradicional como uno de los bienes más preciados para el futuro de sus localidades.