Análisis

fernando faces Santelmo Business School

La decadencia de Cataluña

La decadencia de Cataluña es cada vez más evidente y el resultado de las últimas elecciones amenaza con profundizarla y perpetuarla. El secesionismo ha salido reforzado. La decadencia económica de Cataluña es la consecuencia de muchos años de inestabilidad institucional, inseguridad jurídica, división y confrontación social, corrupción y ausencia de un gobierno responsable. Un Gobierno que ha antepuesto sus propios intereses políticos al bien común y bienestar de los ciudadanos. El resultado es el desconcierto, la frustración de los ciudadanos , la incertidumbre, el cansancio y el tedio y la desesperación de los empresarios. Cataluña está atrapada en un laberinto sin salida. El caos político, social e institucional conduce a la decadencia económica y a la pérdida de bienestar de sus ciudadanos. Entre 2010 y 2019 la competitividad de Cataluña, entre las 271 regiones europeas ,pasó de la posición 103 a las 161. Cataluña ha cedido el liderazgo de la competitividad española a Madrid que ocupa la posición 98

La ausencia de liderazgo político y de un Gobierno responsable ha determinado que el impacto de la crisis pandémica haya sido superior al de otras regiones españolas. Su tejido productivo con un gran peso de los servicios, el turismo y las exportaciones ha sido un factor adicional. El desplome del PIB, del 11,4%, ha sido superior al de la media nacional. Cataluña ha sido la comunidad donde más ha caído el PIB en 2020. La cifra de paro ha subido un 32,5% respecto a 2019. La EPA pone de manifiesto que Cataluña ha liderado el incremento del paro.

En los últimos cuatro años la gestión de las finanzas públicas ha sido un desastre. Cataluña es la autonomía más endeudada. Al cierre del tercer trimestre de 2020 la deuda alcanzaba 78.292 millones. Dada la dificultad del Gobierno catalán para colocar su deuda en los mercados financieros, el 79,67% ha sido adquirida por el Estado. Desde 2009 ha aumentado un 205%. Durante la pandemia el gasto público ha subido hasta 31.000 millones de euros, alcanzando un déficit público del 0,8% del PIB,el segundo más alto. No obstante , Cataluña fue la autonomía donde el gasto social por habitante fue menor, un 13,6% menor que la media nacional, Lo cual pone de manifiesto la ineficiente gestión de los recursos públicos .

Cataluña ha sido históricamente una comunidad abierta y atractiva para los inversores internacionales por la calidad de sus instituciones, por su seguridad jurídica, por sus infraestructuras y por el talento y formación de sus recursos humanos. Sin embargo el procés ha quebrado la credibilidad y confianza de los inversores.La inversión extranjera que en 2016 alcanzó 8.275 millones de euros, en 2020 se desplomó hasta 1.685 millones. Pero quizás el dato más relevante de la decadencia y pérdida de credibilidad de Cataluña es la fuga de sus empresas. Más de 7.000 empresas han trasladado su sede social a otra autonomía. Es una de las consecuencias más dolorosas del procés. Las empresas no confían en su Gobierno. Todas las cotizadas del Íbex 35, salvo Grifols, han salido de Cataluña.

Las empresas catalanas demandan un Gobierno estable que se centre en los problemas sociales y económicos y que abandone las pretensiones unilaterales de secesión.

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