Análisis

txabi ferrero

Mucho que decir y poco que contar

Los 90 minutos de un partido de fútbol dan para mucho. Hay tiempo para el valor y demostrar valentía con los hechos . Y también hay momentos para la prudencia y defender. El buen uso y la oportunidad de estas variables son las que diferencian a los equipos. La historia de este deporte presenta muchos ejemplos de tipos a los que les gustó más jugar al balón que ser profesionales. Lo primero depende del talento. Lo segundo pasa por el talante. A unos les sobra lo primero, pero les falta de lo otro y por eso son incompletos. El equilibrio, el término medio, es el ideal. Las dietas pasan por comer un poco de todo y mucho de nada. Ya se sabe que para ser largo y vertical hay que ser ancho y jugar por los extremos. Ocurre que el uso del todo por la parte, de hablar después y no antes, demuestra falta de valentía. Hay quienes se ponen al servicio de las palabras y quienes ponen las palabras a su servicio. La diferencia es abismal. El planeta está jugando el partido de su vida y no cabe otro signo que el triunfo. Muchos se quedarán por el camino, pero este duelo no se puede perder. El sentido común es el punto de encuentro entre este partido, el de la supervivencia, y los del fútbol y los otros, los partidos políticos. Antes y durante todo encuentro hay que apoyar, animar y arrimar el hombro. Tras el silbato final, cuando todo haya acabado, será el momento de los pitos y críticas. Una afición inteligente se conduce de este modo. El fútbol es algo más que 22 tipos corriendo detrás de un balón y da ejemplos. Es lo que marca la identidad personal y moral. Algunos, los del mucho pico y poca pala, deberían de tomar nota para dejar de darla. Nadie como Arsenio Iglesias, cuando el Super Depor perdió el título de Liga 93-94 en el último minuto, lo resumió mejor: "Mucho que decir y poco que contar".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios