Txabi Ferrero

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Mucho que decir y poco que contar

Entrar entre los seis primeros no es fácil, pero tampoco es lo más complicado en Segunda División. Lo auténticamente difícil en la división de plata es ascender, un privilegio exclusivo de los tres mejores. UD Almería y Valladolid, a la espera de Girona o Tenerife, han necesitado de 81 puntos, sobre los 126 puntos en juego, para volver a Primera. Es decir, se han dejado 45 puntos por el camino. El Eibar ha sumado uno menos -80- y se quedó a la puertas del ascenso directo y con la puerta en la narices contra el Girona. El caso del conjunto armero ejemplifica la dificultad para auparse a la máxima categoría. La situación sólo encuentra un caso aún más cruel en la temporada 2014-15 cuando el Girona, con 82 puntos, los mismos que el Sporting y dos menos que el Betis, se quedó apeado del ascenso directo por la diferencia de goles con los asturianos y después cayó eliminado por La Palmas en la fase de promoción. Los eibarreses necesitaron 9 puntos menos en la 2013-14 (tres partidos) para proclamarse campeones y firmar su único ascenso. Lo hicieron de la mano de su actual técnico, Gaizka Garitano, con pocos goles marcados -49-, pero con aún menos encajados -28- que convirtieron a Irureta en el Zamora, y con jugadores como Yuri y Dani García (Athletic), Raúl Navas (Las Palmas) o José Luis Morales, fichado por el Villarreal al Levante, donde ha ejercido de su futbolista franquicia pese a su descenso. Lo hizo con mucho menos dinero que este curso, donde ha gestionado 30 millones de euros de límite salarial, el más alto de la categoría, que cerró el Girona, con 4 'kilos' y la UDA fue octavo. Por quinta temporada consecutiva, la finalísima por el ascenso es cosa del quinto y sexto. Nadie sabe nada en esta categoría, pero nadie.

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