Sevilla Atlético (20,89) y Barça B (21,64) son las dos plantillas más jóvenes de la categoría como corresponde a su condición de filial, cuyo objetivo es formar jugadores y competir o las dos cosas a la vez, sin señalar la principal. El Huesca (26.21) y el Real Zaragoza (26,32) han ocupado la tercera y cuarta plazas hasta la pasada jornada. Oviedo (29.33) y Alcorcón (30.32) cierran este ránking con las plantillas más veteranas. El Almería (27.39) ocupaba la decimocuarta posición en las 26 alineaciones anteriores a la del pasado domingo, en Sevilla. Entrenar es decidir y Lucas Alcaraz no se arruga. El motrileño, que no es un entrenador dudoso de dar oportunidades a gente joven, versionó a Jesús Maeztu y se declaró el Defensor del Menor andaluz de la UDA.

Actuó de oficio y su primera medida en el ejercicio del cargo fue rebajar esta media de edad. Lo hizo con decisión y sin aspavientos. Prescindió de Nano (33), titularísimo, y de Fidel Chaves (28), con una de las fichas más altas, si no la que más. El lateral zurdo malagueño chupó banquillo por primera vez en este curso y el interior izquierdo onubense fue el descarte en la lista de 19 expedicionarios y vio el partido desde la grada.

Y, en su lugar, apostó por tres veinteañeros. A saber: Pervis y Gaspar, por la banda izquierda, y el italiano Soleri, en ataque. La UDA arrancó el partido con 24.7 años de media y lo cerró con 24.5 años, tras alinear a 9 jugadores menores de 23 años de los 14 que saltaron al césped. El equipo rojiblanco fue, así, un filial reforzado por tres legionarios -René (34), Motta (31) y Morcillo (31)- y dos pseudos veteranos, Rubén Alcaraz (26) y Lass (25). La chavalería se movió entre los 19 años de Callejón, el último en llegar, y los 23 de Sulayman, pasando por los 22 de Juan Muñoz y Hicham, y 21 de Joaquín y Pozo.

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