Raúl Piñeiro

Deshacer el mundo

Cartas Británicas

21 de enero 2025 - 03:08

La canción ‘Deshacer el Mundo’ de Héroes del Silencio es un canto a la reflexión y la transformación personal, con una letra que nos invita a comenzar un viaje, sin un destino claro, pese a la incertidumbre y a las dudas que podamos tener. El Almería lleva en este proceso de transformación desde que Turki se hizo cargo de la propiedad. Existen temores e incertidumbres, sobre todo viendo otros antecedentes de clubes cuya propiedad extranjera los dejó en la estacada, pero también existe esa ilusión de disfrutar el momento actual y soñar, por qué no, con tiempos mejores. El destino de la UD Almería no está claro, aunque podemos fantasear con el retorno a Primera, algo que en octubre parecía utópico; la llegada de la tierra prometida, con la Ciudad Deportiva cuyo proyecto, por fin, va a ser presentado la próxima semana; y la remodelación del Estadio (ojalá le den una vuelta y acerquen las gradas y no se limiten solo a bajar el césped). Y a partir de ahí, el futuro del club solo puede ser ilusionante. En este sentido, la llegada de una comitiva de empresarios árabes de alto rango revolucionó nuestra ciudad el domingo. La primera reacción fue pensar que venían a comprar el club. La realidad es que venían a cerrar nuevos patrocinios y acuerdos de colaboración que van a inyectar al proyecto rojiblanco de un buen soporte económico para conseguir nuestros objetivos deportivos, sociales y de infraestructuras. Obviamente, esta noticia, como todo lo que tiene que ver con el Almería, ha sido recibida con todo tipo de cariños por el resto de España. Algunos nos desean la desaparición y la esperan como agua de mayo. Otros están muy preocupados y nos advierten de que los nuevos propietarios se aburrirán y el club acabará en la ruina. Lo que ni unos y ni otros entienden es que, muy a su pesar, nuestra ciudad y provincia tienen una historia centenaria. Si tenemos que caer, cuando suceda, nos volveremos a levantar, como lo llevamos haciendo todos estos años. Pero, hasta entonces, que nada nos impida disfrutar de una época ambiciosa e ilusionante cuyo techo aún no vislumbra...

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