Los dilemas de Rubi

Dion Lopy fue el amargo protagonista en la victoria de la UDA ante el Eibar del pasado fin de semana (3-1). El mediocentro senegalés explotó inexplicablemente cuando fue el primer elegido para abandonar el terreno de juego —teniendo amarilla y arriesgando más de la cuenta en el inicio del segundo tiempo— y planteó el primer dilema a un Rubi al que se le venía la tormenta. ¿Ignorar al futbolista o encarar el enfrentamiento? El técnico eligió la segunda opción y le desafió tendiendo una mano que nunca contactó con el futbolista. Tras ello, reprimenda a ojos de todos y una conversación dentro del banquillo que nunca saldrá a la luz. En la sala de prensa, se produjo el segundo dilema: ¿afrontar el tema sin pelos en la lengua o quitarle hierro? El entrenador se decidió por lo primero y mostró su malestar por lo vivido minutos antes. 48 horas después de la contienda, el jugador asumió su error y pidió perdón públicamente en sus redes sociales, pero todavía queda un tercer dilema: ¿debe ser de la partida titular Dion Lopy en Ceuta? Rubi tendrá que poner en la balanza la buena sintonía de un vestuario en el que se respira la paz después de tiempos bélicos. El manejo de esta situación será vital para que no surjan más batallas internas en un equipo en el que todo parece ir sobre ruedas. La decisión deportiva está muy vinculada al control de un grupo que, este año sí, parece estar más controlado. El catalán es el p*** amo de la barraca, por lo que tiene mando en plaza para torear un conflicto que, de puertas para dentro, debe haber zanjado, por lo que la única duda es si habrá castigo en el verde o se actuará como si nada hubiese pasado.