Anunciaba la UDA, a través de un correo, que los jugadores rojiblancos dejarían de comparecer diariamente en sala de prensa "por el momento del calendario en el que nos encontramos". Podrían entrar a valorarse diversos aspectos en referencia a este cerrojazo que el gabinete de comunicación del club ha impuesto a sus compañeros de profesión, los periodistas que cubren la actualidad del equipo. Primero, que en una plantilla de 25 jugadores cada uno toca, aproximadamente, a 10 minutos de declaraciones cada 30 días. Un sacrificio. Segundo, el maltrato al que se somete a los medios de comunicación, esos que, diariamente, ponen en el foco la actualidad del Almería, otorgándole más páginas, horas de tertulia y minutos de vídeo que a cualquier otro club y deporte provinciales. Pero quedémonos con otro tema, a mi juicio, más llamativo: la elevación del futbolista a lo divino o, incluso, la infantilización del aficionado. El comunicado que mandó el Almería viene a decir que, en este tramo crítico de la temporada, no se puede desconcentrar al jugador con banalidades. El profesional del fútbol, pues, se dibuja como un ente ajeno a todo que pasa las 24 horas del día en un estado de introspección, pensando exclusivamente en su partido del sábado. No le hagas preguntas. No interrumpas sus reflexiones. Y, por lo que más quieras, no lo molestes. Así, con vacíos tópicos vamos alejando la profesión del futbolista, mientras el resto afrontamos con solvencia las nuestras pese a las decenas de preocupaciones diarias que nos abordan. El fútbol es un deporte de élite que requiere de fortaleza mental y sacrificio, pero creer que el jugador vive las 24 horas pensando en ello recuerda a cuando, de niños, veíamos a nuestros ídolos como seres inalcanzables. Al crecer, comprendes que son humanos, igual que el resto. Para bien y para mal. Y los videojuegos o las redes sociales no parecen alterar esa concentración en la que el club se escuda. Solo las declaraciones a unos medios que, al final, solo son el nexo entre el aficionado y el profesional.

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