Hace un año, David cogió a un puñao de niños que a duras penas le pegaban una patada a un balón y hoy tiene un equipillo de fútbol sala de lo más bonico. Era divertido verlos entrar al campo de la SAFA, con las medias que les llegaban hasta los sobacos y las mochilas que abultaban más que ellos. Días antes habían aprendido en el colegio que a clase tenían que entrar en fila y así entraban a la pista. Sin despegarse de su entrenador David, eso sí.

Me recuerdan a los Looney Tunes, cuando se pusieron en manos de Michael Jordan para aprender a jugar al baloncesto. "Trapo y saliva". ¿Cómo olvidar aquella frase del Pato Lucas con la que crecimos una generación cuando los dibujos eran educativos?

Pues bien, nuestro Air Jordan era portero de fútbol sala y es un encanto con los niños. A poca gente he visto con más paciencia y más ganas de enseñar. En unas semanas, los pequeñajos conducían el balón, se lo pasaban, chutaban con sentido, hacían la cuchara... Pero lo mejor los valores que les enseña. No es un entrenador, es un maestro. Es alguien entrañable para los niños, quienes más que querer ir a jugar al fútbol, quieren estar con su entrenador David. Y ésa es la filosofía del Sporting FS Almería.

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