El Almería tiene un afamado dueño saudí y cuentas oficiales en redes sociales en inglés, francés, japonés, portugués y, claro, árabe, además de en español. Su vocación es claramente expansiva e internacional, y la gran influencia que tiene Turki en Arabía Saudí y en otros países de su entorno está consiguiendo que sean muchos los que, a pesar de que ni siquiera sepan ubicar Almería en un mapa, no se pierdan un partido y sigan las evoluciones indálicas cada semana. Hay gente que nunca comerá migas ni chérigans, ni se sentará en el Mediterráneo, pero que se sabe la alineación tipo de Rubi y todas sus posibles variantes mejor que cualquier zapillero. El club ha comprado y vendido futbolistas por cantidades, en millones, de dos dígitos, y piensa ampliar y reconvertir el Mediterráneo en un estadio de Champions. Ahora, al fin, lo hará desde debajo de los focos buenos, los de ese escaparate mundial que es LaLiga, lo que le permitirá multiplicar su presencia en el mundo.

Sin embargo, el mismo Almería que ya llega a la elite no es capaz de que funcione la web de venta de entradas el único día de todo el curso que lo necesita, aunque siempre se podrá acudir a un 'fallo técnico' de un operador, por supuesto, 'ajeno', pese a que estemos en 2022, metidos de lleno en eso del metaverso, y aunque la cantidad de operaciones a realizar fuera tan pírrica como la referente a la venta de menos de 2.000 entradas. Excusas ridículas.

Pero lo que es difícilmente imputable al empedrado, y resulta especialmente esclarecedor sobre la poca preparación con la que se llega a Primera desde ámbitos troncales de la gestión de un club, es el poco cariño demostrado por los socios. Nada como haber ofrecido la compra preferente de una entrada a cada abonado (sorteo mediante, porque no habría para todos) para haberles agradecido que apoyaran desde el principio. Era tan fácil, está tan extendido en la práctica totalidad de clubes, es tan de sentido común, que resulta desalentador. De todas formas, mejor ser optimistas, porque de los errores siempre se aprende. Creamos en ello.

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