Análisis

gonzalo alcoba Gutiérrrez

Aquellas que no tienen más que su falta de dinero

"Las protagonistas de Medel no son heroínas arquetípicas, son mujeres difíciles"

De los últimos cincuenta años de la historia de España se ha hablado mucho; pero siempre con referencia a unos pocos. La divulgación y la ficción han explotado este filón temático como si España hubiera sido, ya en 1970, un país de burgueses audaces a los que les faltaba el impulso beatífico del aplauso de occidente y un poco de suerte. Por eso es tan saludable que una joven poetisa y ensayista como Elena Medel (Córdoba, 1985) haya decidido debutar en la novela, con una obra como Las Maravillas, revelando la voz oculta de muchas mujeres obreras, habitantes de los barrios populares de las grandes capitales, que llegaron desde lugares a los que debieron renunciar para siempre. Y les advierto que no es agradable lo que ellas tienen que contar.

Las Maravillas, ciertamente, es una obra incómoda. Para empezar, porque Medel no dedica el menor esfuerzo a esconder que el tema central de su obra es la falta de dinero; no emplea eufemismo, ni esconde la miseria bajo el velo de las metáforas; es directa, lacerante y perturbadora: habla de dinero. La pobreza determina la historia de los personajes, modela su carácter, los aboca fatalmente al desarraigo, al destierro. Tres mujeres pretenden dar testimonio de esta idea, representantes de tres generaciones sucesivas que fluyen en la obra desmintiendo todo triunfalismo, desenmascarando los discursos del éxito.

Las protagonistas de Medel no son heroínas arquetípicas; son mujeres difíciles en un entorno salvaje, que construyen trabajosamente su blindaje contra el determinismo social, contra la asignación de roles, contra la asfixiante desigualdad. Los recelos entre generaciones, los odios incluso, son expresión del pago que esa liberación supone; no hay gloria ni honores en esa callada revolución, sino una profunda y frustrante soledad que irrita y conmueve. Por eso Las Maravillas termina siendo no solo una novela sobre el dinero (o su carencia); sino también un relato sobre el poder atávico de los hombres, que ha sepultado la creatividad de tantas mujeres brillantes; sobre la maternidad, que Medel desmitifica con iconoclasta osadía; sobre las instituciones patriarcales destinadas a sujetar la voluntad de sus víctimas. Es, en definitiva, una obra sobre la lucha, que no elude detalles para contar lo duro que ha sido y sigue siendo para tantas caminar solas en el páramo, por mucho que oírlo pueda abrasar el alma.

*Juez

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