URGENTE Pedro Sánchez se retira de la vida pública hasta el 29 de abril para pensar si seguirá de presidente del Gobierno

En Segunda puedes ganar y perder con cualquiera. Vale para todo y es una de las frases más recurrentes. También lo es la que asegura que es "muy competitiva y complicada".Y la sempiterna que recuerda que es "una Liga muy larga". La UDA se empeñó en dar credibilidad a la primera de estas máximas que, a fuerza de repetición, ha alcanzado el rango de categoría. Así, después de superar, con remontada, a todo un histórico como el Sporting de Gijón al calor de la afición del Mediterráneo, se despeñó en el mayestático Wanda Metropilitano a costa del Rayo Majadahonda. Los majariegos debutan este curso y son un club muy modesto. Lo aprovechan todo y no regalan nada ni dentro ni fuera del campo. Incluso ni las fundas de plástico de las acreditaciones de prensa, cuya devolución reclaman al final del partido. En siete días, los unionistas se han mostrado fuertes con uno de los fuertes y debiluchos con uno de los más débiles. La última salida ha demostrado que la relación de la UDA con sus partidos a domicilio ha dejado de ser una tendencia y ha pasado a ser toda una evidencia. No es coyuntural sino algo estructural. Carece de suficientes recursos y argumentos cuando se pone por detrás en el marcador. El equipo del hambre estuvo famélico. Pasó de puntillas en ataque, salvo en el primer cuarto, y subestimó al rival. Las dos últimas ruedas de prensa de FF, muy pendiente, acaso demasiado, del entorno y sus opiniones, han resultado totalmente antagónicas, como lo ha sido el rendimiento de su muchachada. Pecó de soberbia tras el quinto triunfo y, una semana después, ha recuperado la humildad en su discurso tras la sexta derrota. Sacó pecho y el Rayo, y no el de Vallecas, se lo partió. Los tópicos del fútbol, como los volcanes, siempre aparecen, aunque parezcan silentes y sin actividad.

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