Escribo desde Madrid, la Comunidad que preside una "gata", "La Gata Isabel", tabernaria señora de los tejados de la Puerta del Sol y aledaños.

No se equivocan quienes aseguran que la paternidad de la clamorosa victoria del PP el 4 de mayo, hay que reconocérsela también a Pedro Sánchez. Su soberbia egolatría le llevó a pensar que siendo él quien protagonizara los mítines de Gabilondo, Gabilondo ganaría las elecciones. Y pasó, lo que pasó. El entrañable Ángel Gabilondo ha tenido que irse con más pena que gloria. Y ahí está, habitando la región del olvido "político".

Es decir, Sánchez, arrogante cenizo, le hizo la campaña a Díaz Ayuso, La Gata Isabel. Esa es la historia que fue el 4 de mayo.

Y, ¿cuál va a ser la historia el 13 de junio?

Las primarias del PSOE de Andalucía, las va a ganar Susana Díaz.

Ahí queda eso.

Que ¿por qué? Un vago presagio. Cosa esotérica, ¿qué se yo?

En el mitin de presentación en Granada del candidato Juan Espadas, cuando llamó a los socialistas andaluces a seguir los erráticos pasos de Pedro Sánchez, trasminó el mal fario. Y lo que fue una sutil percepción, ha ido convirtiéndose en tufarada, por las críticas en cadena de personalidades históricas del PSOE: Joaquín Leguina, Nicolás Redondo Terreros, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Alfonso Guerra, Felipe González… También los presidentes Lambán, Fernández Vara y García Page han dicho alto y claro que están hartos de tantos agravios comparativos en favor de la autonomía de Cataluña. Y el sesenta y tantos por ciento de la militancia socialista que, según las encuestas más fiables, está en contra de los indultos.

Por todos ello "y muchas cosas más", veremos si el visionario pregonero de la cordialidad bilateral se come el turrón en la Moncloa la próxima Navidad. Ser el recomendado de Pedro Sánchez, ¿es bueno en las actuales circunstancias? Pa'mí que no.

Me reitero y envido; el domingo que viene Susana se reirá. Mucho.