La halterofilia tiene pinta de ser un deporte rudo, un deporte que articularmente te pasa factura, pero es un deporte que te engancha. No lo he probado, soy más de deporte aeróbico, pero sí que tengo varios amigos que han comenzado a practicarlo de forma aficionada hace pocos meses y están contentos tanto con el trato que reciben por parte del Club de Halterofilia de Almería como con la nueva experiencia para el cuerpo. En el Mediterráneo, donde entrenan los halteras almerienses, tienen en un pedestal a los hermanos Manu y David Sánchez, olímpico el segundo, mientras que El Ejido, su pueblo natal, no los conocen tanto. ¿Por qué? Porque han tenido que competir por Melilla, c on la confusión mediática que ello supone. Ahora, después de participar en Brasil 2016 y con muchas medallas en sus vitrinas, los Sánchez quieren competir por y para Almería/El Ejido. Están en la cima de su carrera, tienen por delante un apasionante año 2019 en el que conseguir los puntos necesarios para clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio, por lo que el nombre de la provincia va a sonar nuevamente gracias a dos deportistas desconocidos. Desconocidos para muchos, pero con una trayectoria que les ha hecho ganarse un puesto en el honorífico Plan ADO, gracias al cual viven y entrenan en Madrid en la Residencia Joaquín Blume. Hoy por hoy, siempre que las lesiones les respeten, Manu y David son los más firmes candidatos almerienses a estar en Tokio, junto a la roquetera Carmen Martín, pieza fundamental en las Guerreras. El fútbol seguirá moviendo a más personas que ningún otro deporte, pero son precisamente los minoritarios los que le dan a la provincia un estatus deportivo que se ha ido ganando a pulso desde los Juegos Mediterráneos. Manu y David tienen también por delante el proyecto de su nuevo club, HalterEjido. Deportistas y emprendedores. Mucho ánimo.
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