Discrepo con todos aquellos que sostienen que en el mundo del fútbol está todo inventado. El calendario de la actual Liga 2018/19 es la expresión más reciente de que es una frase hecha más y de cómo las sorpresas todavía tienen su sitio en el balompié. El sorteo, en Primera y Segunda, ha dejado a un lado el modelo tradicional y ha apostado por un sistema asimétrico, que permite dirigir y controlar las fechas de los clásicos y los encuentros más esperados por los aficionados. Los partidos de la primera vuelta, así, no encuentran ahora su correspondencia en la segunda y aparecen antes o después de su primer emparejamiento.

La UDA, por ejemplo, se medirá en las cuatro últimas jornadas a Mallorca, Alcorcón, Las Palmas y Albacete cuando su final de la primera vuelta es Lugo, Elche, Mallorca y Alcorcón. Es una perogrullada que todos los equipos han de enfrentarse a los demás en los 462 partidos correspondientes a las 42 jornadas ligueras. Pero no es lo mismo medirse a equipos ya descendidos o que no se juegan nada que hacerlo contra otros que pretenden entrar en los 'play off' o pujan por el ascenso directo. Esta segunda circunstancia no es para nada descartable en los casos de baleares, canarios, manchegos y madrileños por la trayectoria actual y sus aspiraciones. Cuando oímos aquello de que "el orden de los factores no altera el producto", la frase nos devuelve a las reglas de multiplicar que estudiamos de niños en la escuela y nos recuerda que el cambio en el orden de los números que se multiplican- factores- no altera el resultado final - producto. El 6 x 8 como el 8 x 6 suma lo mismo, 48. Pero, hete aquí, que el mundo del fútbol ha logrado cambiar el sentido de esta expresión, bastón y percha para apoyar y colgar cualquier argumento futbolero y salir del apuro.

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