
Tribuna Económica
Fernando Faces
Alemania: el enfermo de Europa
El debate sobre la dependencia goleadora de la UDA con respecto a Luis Suárez sigue vivo después del empate contra el Huesca. Los rojiblancos chutaron más que nunca, con un total de 23 remates, de los que sólo ocho fueron entre los tres palos. Asegurar que el delantero colombiano, en vena de acierto, hubiera marcado las que Baptistao, Arribas o Lázaro no metieron, es un supuesto indemostrable. Nadie es tan bueno como todo el equipo. El Pichichi de Segunda, con 17 goles en 22 partidos de Liga y otros cuatro en Copa, lo es por cuenta propia y ajena. El 9 rojiblanco, de dorsal, efectividad y colocación, acaba lo que el resto del equipo empieza. El de Santa Marta depende del equipo de la misma manera que el equipo depende de su puntería. La UDA ha facturado por puntos muchos de los goles del cafetero y habrá de estrujarle hasta la saciedad para consumar el regreso a Primera. No sé si será capaz de alcanzar los 32 goles que firmó Charles en el ascenso 2012/13, entre Liga y fase de promoción. El brasileño coleccionó goles de todas las facturas con un asistente de lujo, Iago Falque, que las ponía con música desde la izquierda. Ahora, las opciones de ascenso de la UDA pasan por sus botas en un alto porcentaje. Pero, en su caso, su obsolescencia dependerá de la capacidad de recuperación y posibles lesiones y sanciones. El jugador ha completado 20 partidos sobre el césped y sólo en otros dos no lo ha hecho. En los derbis contra el Córdoba no fue sustituido y acabó los partidos con victorias ya cerradas, 4-0 y 0-3. Rubi ha de proteger a su jugador más valioso, regular su participación y no exponerle al peligro de posibles lesiones o sanciones de forma innecesaria. El fútbol es la suma de la inspiración y transpiración, pero el descanso también forma parte de la competición.
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