Análisis

gonzalo alcoba Gutiérrrez

Las malas. una invitación a la fiesta

Las Malas no es una novela. Quizá habría que inventar una palabra para ella, un nuevo término académicamente aceptado que permitiera a los lectores aproximarse a este libro vibrante, atroz.

Pero si alguien se atreviera a catalogarlo así, a ejercer sobre él esa crítica arrogante y prejuiciosa en que consiste clasificar, puede que se le escurriera entre los dedos, como un puñado de arena, para no dejar rastro de haber existido como algo concreto, como algo específicamente delimitado.

Sosa Villada es escritora, actriz, travesti, ex prostituta, ex estudiante de periodismo, ex hijo varón; Sosa Villada pretende mostrar su vida al mundo, tal y como el mundo nunca se detuvo a contemplarla; pero, al hacerlo, ofrece un espejo a esa misma sociedad prejuiciosa y violenta, alza un dedo acusador, lanza un dardo ponzoñoso y certero al corazón de las buenas costumbres.

En su libro hay magia y calor, ilusión sin ninguna esperanza, terror y decisión, almas verdaderas que, para mostrarse como son, requieren de grotescos disfraces, de voces estentóreas, de hipérboles, cursiladas, silencios y hasta de muertes. Las Malas invoca sin remilgos a los cadáveres de aquellas mujeres condenadas para que se eleven de nuevo, se despojen de la tierra que las cubre y vuelvan a lucir sus bisuterías, sus artificios, sus risotadas; para que pregunten al mundo por qué nadie escuchó su dolor.

En un carrusel de revoluciones personales, Sosa Villada va a haciendo justicia para todas las travestis, consideradas una a una; les construye un evangelio para su redención y, al tiempo, propone al lector -salvo a ese hombre que nunca leerá este libro- que se detenga un instante a observar la luz que emana de esa fiesta mística y arcana, prohibida a todos los ojos; un fuego fatuo que no soporta el brillo del sol.

El dramatismo de esta obra, de esta novela, por llamarla así, no emana de las muertes -aunque las hay- sino de las vidas, del precio imposible de su liberación, de la victoria sobre el abismo a que se precipitan por la sola aspiración de vivirse plenamente.

Las Malas no es una historia de prostitutas, ni de marginadas; no es un cuento de hadas o princesas estrambóticas; Las Malas es, más bien, una invitación al escrutinio de uno mismo, una exploración del alma de cada lector. No lean esta obra si tienen miedo de ustedes mismos. Y si deciden hacerlo, póngase sus galas anheladas, rompan sus ligaduras a dentelladas, rían sin miedo a la muerte hasta rasgar el velo y recuerden que "ser travesti es una fiesta"; no sea que por encerrarse en su jaulita de pudor, terminen convertidos en mudos y aterrados pajaritos. Valor.

*Juez

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