La mejor liga del mundo. Probablemente hayan escuchado en infinidad de ocasiones decir esto sobre la española. A los dirigientes del fútbol profesional de nuestro país les encanta sacar pecho por ello, se les hace la boca agua solo de pensarlo por un momento... No es menos cierto que puede tratarse de un pensamiento equívoco. Para una gran masa de seguidores, a la LFP le queda mucho por mejorar para poder considerarse la número uno a nivel mundial.

Aunque España cuente con dos de los clubes con mayor potencial en el continente europeo (Real Madrid y FC Barcelona), la competición regular tiene mucho de lo que fijarse en el modelo inglés, donde de primeras el reparto de los ingresos televisivos es mucho más igualitario entre los conjuntes de la zona noble y de la parte baja, traduciéndose en un campeonato más competitivo.

Sin dejar atrás los partidos de los viernes y los lunes, que se han convertido en una tradición desde hace casi una década. Un acontecimiento que ha provocado numerosas protestas en las gradas, siendo una de las más destacadas la hinchada del Deportivo Alavés, habiendo llegado a recrear el funeral del balompié.

Unos duelos en días laborables por los que al organismo presidido por Javier Tebas Medrano no le ha temblado el pulso para designar sin tener en cuenta ni tan siquiera la proximidad. Así, por ejemplo, el pasado curso los dos choques ligueros entre el Málaga CF y la UD Almería se disputaron en lunes la ida en el Estadio de los Juegos Mediterráneos a comienzos de septiembre, y en viernes la vuelta en La Rosaleda durante la primera fecha de febrero.

Unos horarios que han reavivado la pugna entre el ente federativo y la coorporación encargada de dirigir el fútbol profesional de cara a la nueva campaña. Mientras, los perjudicados son los mismos de siempre, unos aficionados por los que apenas se mira. Falta de mimo.

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