Multitarea

28 de septiembre 2024 - 03:08

Mohamed El Assy, experto en insuflar optimismo a una muchedumbre cada vez más hastiada y sedienta de buenas nuevas, apenas se encargó en su comparecencia de hacer lo propio o, en su defecto, resolver alguna de las muchas incógnitas, sino de un monólogo pesado cuyo ritmo fue marcado por las voces menos críticas del ecosistema periodístico. En cualquier caso, pues ya está todo dicho sobre el tema, una de las infinitas lecturas que se pueden extraer es que el proyecto del Almería (y en otra nada desdeñable medida, la salud institucional de la UDA) pende de un hilo. Es un hilo recio, negro y de buena calidad, pero un hilo: Rubi. La sensación es que el catalán parece tener la llave de lo que puede ser una vuelta por todo lo alto o un momento muy oscuro para el club: la situación financiera en caso de un no ascenso puede ser delicada. Insistía el CEO del Almería en los tres años de contrato del vilasarense, sabedor el egipcio de que este año no será jauja, como quizás podía imaginar. Al mismo tiempo, se jacta de «no malvender a sus jugadores», una máxima lógica en cualquier negocio, pero que, paradójicamente, puede salirle cara a la UDA. Algo que, sorpresivamente, veía hasta el más terco del lugar. Excepto él. En este punto, Rubi va a ser el encargado de cohesionar un vestuario que, según dijo ayer él mismo «ha interrelacionado poco entre ellos», lidiar con las «situaciones personales» de cada jugador, hacer entender a muchos de estos que su presente está en Almería y solo en Almería y, a fin de cuentas, poner en orden todo el desaguisado gestado en la zona noble del Mediterráneo en los meses de verano. Además, de por supuesto, ajustar las tuercas necesarias para que el equipo consiga arrancar, aunque lo primero no es sino sine qua non para lo segundo. La irresponsabilidad hace que Rubi tenga que cargar con una responsabilidad desmedida de ser un entrenador multitarea.

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