Una cosa es el montañismo y otra la escalada. El primero no es un deporte de riesgo, a efectos de los seguros en el País Vasco, la tercera comunidad autónoma con más federados -34.000-, sólo por detrás de los 39.000 de Andalucía y 41.000 de Cataluña. El segundo sí lo es. Esa fascinante mezcla entre lo peligroso y lo hermoso es el veneno que da y ha quitado vidas. Forman una magia que ha hipnotizado a muchos y lo sigue haciendo, caiga quien caiga. Héroes para muchos y locos para el resto, la montaña, para los más adictos, responde a la búsqueda de la felicidad que todos perseguimos. Una lista de 25 hombres y 2 mujeres ya la han probado, haciendo cima en las 14 montañas más altas del Planeta. Una y otra activida son hijas de la sinceridad, ese valor que guía y no confunde. La Segunda, por esa dificultad renovada de cada partido, tiene mucho de ambas. En su relación con los cuatro 'ochomiles' -Alcorcón, Cádiz, Osasuna y Málaga- la UDA ha estado a punto de coronar con tres empates. Ha sufrido mareos y vómitos -Osasuna- y ha salido un tanto contusionado en su tránsito por el Everest de la tabla. Pero no se ha despeñado y sigue con las constantes vitales intactas para encarar otro intento de hacer cumbre. Por culpa del calendario asimétrico de este curso, los de FF afrontan dos partidos seguidos en casa- Numancia y Córdoba-, toda vez que la visita a Reus, entre medias de ambos, no se producirá por la expulsión del campeonato del cuadro tarraconense. El calendario se empinará tras este supuesto falso llano con las salidas a Zaragoza y Gijón, la visita del Granada y el desplazamiento a La Coruña. Este nuevo tramo de Himalaya examinará el mal de altura de los unionistas, aunque en Segunda no hay subidas mochileras para comerse el bocadillo.

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