Pública y publicable. Así es la opinión de FF. El zapillero hace lo que dice y dice lo que hace. Y eso siempre está bien y hay que bendecir. Pero hay muy pocas cosas que son perfectas y el inquilino del Estadio Mediterráneo no escapa de esta evidencia. Las dudas de este periodista son más estructurales que coyunturales y tienen que ver con el grado de autonomía del ahora alquianero. La publicación del importe de la prima que recibe cada rojiblanco por lograr la victoria en casa, que mi amigo y compañero Paco Gregorio difundió en las páginas de este diario la semana pasada en rigurosa exclusiva, es la percha donde este firmante cuelga sus interrogantes sobre la actitud del entrenador. El técnico salió en defensa de su tropa, actitud loable pero innecesaria, y opinó en estos términos que transcribo de forma textual: "Están saliendo informaciones que no deben de salir, que no son del todo ciertas". Analizando la oración, su contenido me inquieta. Nadie ha desmentido lo publicado y su decisión de ejercer de escudo humano de su plantel y apelar al sambenito de la desestabilización están fuera de lugar. Los jugadores son trabajadores por cuenta ajena, y mayores de edad, y es el dueño del club quien está detrás de estas primas, en virtud de un acuerdo de pretemporada. No sé dónde está el problema. Dos son los supuestos. El primero es que se haya publicado este tema, un material ultrasensible cuando hablamos de dinero, y el segundo pasa por el importe publicado, que acaso puede que no sea correcto, por ser inferior o superior. Los futbolistas no tienen que pedir perdón por cobrar esta u otra cantidad. La advertencia o sugerencia lanzada por FF no tienen sentido. La aplicación del "Ojo de Halcón" le dejaría en mal lugar porque ha superado la raya que delimita sus competencias.

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