En este tiempo enclaustrados ha habido margen para los recuerdos. Unos más remotos que otros. El autor de estas líneas ha aprovechado estas últimas fechas para vislumbrar algunas fotos de antaño. Todas desde un smartphone, es lo que tiene no encontrarse en la residencia familiar. Entre estas estampas uno encontró una con el técnico del último ascenso de la UDA. Un protagonista con el que guardo una historia personal que me dispongo a contar en este espacio.

Por aquella época, ya tenía en mente entrar en Periodismo una vez llegase la etapa universitaria. Este ahora casi periodista se encontraba entonces en 4º de la ESO, curso en el que algunos alumnos de mi instituto nos encargábamos de confeccionar un periódico trimestral. Ante mi afán por el balompié, este se empeñó en entrevistar a alguno de los miembros de la UDA.

Ante el desconocimiento, uno no acudió al jefe de prensa, sino que contactó personalmente con el delegado de turno. Un contacto que he de admitir que no fue dificultoso. Bastó con acudir a una de las sesiones del conjunto y dialogar con este para obtener el visto bueno a entrevistar al navarro y al pichichi de la anterior campaña, acordando semanas después la fecha. Ese jovenzuelo de 15 años pensaba día tras día en la fecha señalada, no todos los días se puede entrevistar a un profesional de la redonda. Menos a la citada edad.

A la vista del transcurso de los años los detalles se pueden olvidar, pero uno recuerda aquel momento bastante nítido. El que firma este artículo vislumbra como si no hubieran pasado los años el transcurso de la entrevista con el pamplonica nada más concluir el entrenamiento. Una persona que uno admite que le marcó por su cercanía, más cuando no tenía conocimiento del asunto ante la sorpresa del presente. Aún así, Gracia no puso pero alguno y permitió a uno cumplir esa ilusión.

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