Visto y Oído
Magno
Cuando todos creíamos que el Real Madrid no tendría competidores en la Liga de Campeones ni en el torneo local con la incorporación de Kylian Mbappé, nos equivocamos. No es que no pueda suceder, pero transcurrido un tiempo prudencial, decir que la estrella francesa no se parece en nada a ese que cabalgaba con inmensa efectividad por todo el frente de ataque del PSG y de la selección gala, imprimiendo el terror en las defensas contrarias, es una verdad evidente. Algunos le llaman periodo de adaptación, de conocimiento y tomarle la medida al campeonato, pero lo cierto es que el 9 del Madrid no acierta de cara a la portería contraria. El jugador que ahora es el delantero centro blanco no se parece al Mbappé campeón del mundo en 2018, sino más bien a un primo lejano que ha recalado en la casa blanca. No sé si en el esquema táctico de Ancelotti, Mbappé no juega tirado sobre una banda, al no ser un 9 puro y eso le produce cierta incomodidad. Pero si es verdad que ha tenido posibilidades de marcar y no lo ha hecho, lo que ha generado cierto ruido a su alrededor, posiblemente después de tanto culebrón y millones encima de la mesa para poder vestir de blanco. La aportación en ataque es escasa y defendiendo es nula. Esta doble condición es una de las explicaciones de los malos resultados del equipo; si en el fútbol moderno los de arriba no corren hacia atrás, irremediablemente se dan ventajas al adversario. De todos modos, y eso lo hemos visto en infinidades de jugadores, Kylian Mbappé no se habrá olvidado de hacer goles y solo es cuestión de tiempo, aunque nadie le va a esperar toda la vida. Son rachas de los goleadores, es una explicación muy de moda en el mundo del fútbol, y esa verdad de perogrullo, es tal cual. Tampoco el gato Benzemá era el goleador que se reclamaba, pero luego de la salida de Cristiano Ronaldo, el francés se convirtió en líder espiritual y goleador del Real Madrid. Pero hasta ahora las cosas son como son y ni siquiera Didier Deschamps le ha convocado para jugar con la selección de Francia. Porque ven al primo, pero no al auténtico Mbappé. Cuando regrese, la cosa será distinta.
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