Plantilla y equipo son términos equívocos que en ocasiones llegan a confundirse. La plantilla es el conjunto de jugadores de un equipo. Todos los equipos tienen su plantilla, más o menos numerosa y de una media de edad más o menos alta, con o sin extranjeros y canteranos. Pero no todas las plantillas conforman un equipo, entendido como un esfuerzo coordinado y un bloque que ha automatizado los movimientos. La confección del plantel depende sobremanera de la economía. La formación de un equipo como un grupo humano pasa por el trabajo y compromiso, y también por el grado de influencia del entrenador sobre sus jugadores. Los equipos actúan como piensan y hacen lo que creen. Y aquellos que no lo son piensan cómo han de actuar y desconfían de lo que hacen. La UDA arrancó la Liga con dudas, pero la competición y los resultados se han encargado de disiparlas. Los unionistas han progresado mucho en poco tiempo, de forma tan sorprendente como la ilusión que generan sus prestaciones. Este periodista no se esconde y pertenece al grupo de aficionados desconfiados con esta plantilla, de inexpertos, desconocidos y "sueldo base". Los Rioja, Corpas, Andoni López, Álvaro Giménez y compañía están maravillando como ese niño sabelotodo que sorprende por sus cualidades. Los niños tienen que crecer y estos jugadores y el resto no pueden ni deben apearse del empeño de seguir dando que hablar. Su verdadero título no es el ascenso. Tiene que ver con otros valores como los de ganarse el respeto de los rivales y el orgullo de los suyos. El fútbol es un contrato, un pacto que vincula a dos partes. El seguidor firma lealtad y el jugador, entrega. La relación se ha iniciado. Sería deseable que no se rompa y lo que falta por venir sea motivo de recuerdo y no de olvido.

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