Análisis

ramón gómez- vivancos garcía

Una tela de araña mortífera

Hasta ahora solo Sandoval ha sabido cómo refugiarse del tsunami que desde hace un mes provoca sobre el césped la UD Almería. Te devora sin piedad y no tiene fin. Solo cuando el colegiado decreta el final, se acaba la pesadilla para el rival. Lo dijo con claridad hace una semana Fran Fernández, al aludir a la intensidad. Sin ella, comentaba el técnico almeriense, se sentían los rojiblancos vulnerables. El conjunto canario fue otra victima que se empeñó en desarrollar su juego por el centro y acabó siendo engullido por unos chavales que parecen haber formado una secta mortífera. Es como si las dimensiones del terreno de juego se redujeran para los rojiblancos a la hora de ocupar espacios. Para mí, que más de un canario adivinó lo que merendaron los almerienses, porque el aliento debió llegar nítido al olfato de los de Manolo Jiménez. No cabe afirmar que se ha acertado con este o aquel jugador; al final, todos aprietan, todos muerden, todos muestran su cara más agresiva. Juan Carlos Real aterrizó con fama de jugador técnico pero irregular, siendo ahora una especie de Gatusso, aquel violento jugador italiano. Y así podríamos seguir, provengan del club que sea. Tanto es así, que el mismo Owona, del Almería de las pesadillas, entró frío al choque y cumplió a las mil maravillas. Al comienzo de la segunda mitad, el defensa camerunés protagonizó una jugada espectacular que quizá resume lo expuesto. Tras un ataque de la UDA, Owona chocó con Raúl Fernández, guardameta canario, pidiendo este falta del zaguero rojiblanco. Acto seguido, el portero golpea en largo con su diestra, y por arte de magia apareció Owona para cortar y recibir falta de un delantero canario. El central camerunés no proviene de un equipo enérgico, ni apunta a estrella futura, ni está acostumbrado a una dinámica endiablada, sino que procede de un Almería soso, lento y manso. Ahí tenemos un ejemplo que demuestra cómo unos jugadores discretos han llegado a formar una tela de araña que hay que bordear si se quiere salir con vida. Gran parte del mérito recae en Fran Fernández, responsable máximo de la transformación de sus jugadores que encaran cada encuentro como si de una final de Champions se tratase. Un mes lleva este conjunto al 200 %. La eterna duda es si estos jugadores tendrán gasolina allá por el mes de marzo, cuando las posiciones comiencen a dilucidarse. Desde luego, nadie le va a arrebatar a este equipo la puntuación cosechada hasta ahora. Solo en el caso de que se queden en el camino más puntos de los deseados de aquí a primavera, se podría tener algún problema si es que estos chavales demuestran ser humanos. Si no lo fueran y siguieran corriendo como galgos, se podría aspirar al ascenso, ¿por qué no? Sinceramente, con este nivel de fortaleza se muestran inexpugnables. Asusta el reto, veremos a ver. Además, anoche todo vino de cara, con varias jugadas más que dudosas resueltas a favor de los intereses rojiblancos. Que pase el siguiente.

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