La eficaz traductora de Mohamed El Assy, el general con mando en plaza del jeque Al-Sheikh, está haciendo horas extras durante los primeros días en Almería de los nuevos propietarios de la UDA. Por suerte, el flamante director general del club, que rezuma una mezcla de solvencia y seriedad en sus comparecencias de prensa, es de los que prefiere pronunciar frases cortas y concisas, y pararse hasta que la traductora haga su trabajo. Después, continúa su discurso deteniéndose las veces que crea necesarias. Es como si quisiera que se entienda inequívocamente cada una de sus palabras, con el objetivo último de llegar con cercanía a los aficionados y hacerles ver que, lejos de estar aquí por capricho, han llegado a Almería con las alforjas llenas y para quedarse. El Assy no elude ninguna cuestión ante la prensa. Implantación e implicación social profunda del club, sinergias con la ciudad y sus colectivos, ciudad deportiva, plantilla competitiva y objetivo ambicioso, salidas para aquellos a los que la dirección deportiva no encuentra acomodo, rechazo a la estrategia de recibir cesiones de jóvenes, modernización de las estructuras del club y, claro, incluyendo como una de las prioridades la arquitectura comunicativa de la entidad, con una significativa y progresiva presencia en las redes sociales. El jeque, ministro en el gobierno de Arabia Saudí, es "el quinto influencer en importancia en Oriente" según quiso ayer recalcar El Assy. Una celebridad en su amplísima zona de influencia que "multiplica por 30 en seguidores, por ejemplo, al presidente del FC Barcelona", dijo. Las redes del club, de hecho, están viendo incrementarse exponencialmente sus seguidores y recientemente se inauguraron cuentas oficiales en japonés. Las de árabe están abiertas desde el mismo día en que Turki estampó su firma en el notario en presencia de Alfonso, aquel hombre de Águilas que, aunque dejara de ser el dueño el otro día, parece que hubiera vendido el club hace una eternidad.