Análisis

ramón gómez- vivancos garcía

Un tsunami en el banquillo

Uno ya no sabe ni por dónde empezar. Los parabienes serían tan numerosos que no cabrían en este espacio, pero habrá que simplificar e ir directos a lo más granado. En primer lugar podríamos preguntarnos si esta UDA es tan poderosa o si los contrarios no son tan potentes como en anteriores campañas. Esas cuestiones son muy complicadas de contestar, quizá imposible. Cada temporada es cambiante y las comparativas entre diferentes épocas y grandes conjuntos nunca tendrán respuesta alguna. Realmente esta UDA es, con los guarismos en la mano, la mejor de la historia de Segunda hasta el momento. Se lo tomó en serio Turki cuando anunció, a través de Mohamed El Assy, que su proyecto maduraría a los tres años de su llegada con el objetivo de alcanzar, con bases firmes, la máxima categoría. La llegada de un técnico nacional con cierta experiencia le dio forma a un proyecto antaño demasiado preocupado por dar grandes golpes de efecto mediáticos. Con la llegada de Rubi, un entrenador pudo por fin planificar una pretemporada en tiempo y forma. A la vez, se supieron conservar las piezas más válidas de los dos anteriores proyectos, junto a una política de fichajes más equilibrada. El resultado final no es otro que un equipo temible, pues sus diferentes alternativas no solo son arrolladoras, sino que parten de una estructura tan definida como efectiva. Si no, un equipo no se podría permitir el lujo de tener lesionado tantas semanas a un tal Ramazani sin echarlo de menos, hasta que en un momento tan complicado y clave pueda aparecer totalmente restablecido de su lesión, ya que nunca se tuvo que forzar su regreso. Por cierto, lo que hizo este chico de 20 años en la segunda mitad puede que no lo olvide jamás. O sí, porque a este ritmo de velocidad, calidad y fantasía el belga es capaz de dar infinitas jornadas de gloria a los seguidores rojiblancos. Se debe atesorar mucha potencia y clase ahí dentro para mostrar el repertorio que lució el pequeño y gran delantero. Y es que se le adivina un margen de mejora tremendo en todo su abanico de juego, pero la actual realidad nos reveló a un jugador capaz de disparar con la zurda para empatar y con la diestra para haberle dado la vuelta al marcador en un santiamén, si no es por la estratosférica parada de Roberto. En la jugada del tercer tanto, su pared con Dyego Sousa puso la guinda a una actuación inenarrable. Pero el Valladolid no solo tuvo que lidiar con reservas como Ramazani, porque desde el banquillo aguardaba un tsunami en forma de suplentes. Portillo, Akieme, Sousa...todos ellos serían titulares indiscutibles incluso en equipos de Primera. No me quiero olvidar de Sadiq, que con un trabajo estajanovista ayudó sobremanera a sus compañeros. El único pero de la noche pudo estar en el planteamiento inicial de Rubi, que varió levemente su esquema clásico, facilitando así la labor y creación del oponente en la parcela central. Una vez que se restableció el equilibrio, la máquina rojiblanca de robo y creación desarboló a unos contrarios que han competido con éxito varias temporadas en Primera. Nos esperan más de dos meses de presión de mercado invernal por parte de media Europa en busca de las perlas de la UDA, pero no saben (o sí) que la UDA de Turki no necesita dinero, sino consolidarse como uno de los clubes punteros de la máxima categoría del fútbol español. En otros tiempos y en estas circunstancias deportivas, la UDA se hubiese quedado en este invierno con una mano delante y otra detrás. Gracias Turki.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios