Entiendo que Miguel Ángel Corona siga apostando ciegamente por los tres "nueves" que tiene el equipo (Caballero, Juan Muñoz y Hicham), porque él fue el que los trajo al Almería y en estos jugadores vería los sustitutos perfectos de otros como Quique González o Puertas, de los máximo goleadores de la temporada pasada, a pesar de los números que los dos primeros, Caballero y Muñoz, traían del curso pasado, donde pasaron con más pena que gloria, pero Corona creyó firmemente en ellos y cuando se le pusieron a tiro no dudó en vestirlos de rojiblanco. Pero transcurrida la primera vuelta de la competición, habiendo anotado dos goles en 22 partidos, que se dice pronto, no se entiende la defensa y la fe ciega que tiene depositada en ellos cuando de todos es sabido que vistos sus registros urge traer un rematador, un jugador distinto a los tres que hay en plantilla. De ahí que sorprenda su empeño de traer a un hombre de banda para cubrir el costado derecho del ataque, donde el equipo anda cojo desde la temporada pasada, pero somos muchos los que opinamos que a Lucas Alcaraz hay que darle un 9 que sea capaz de enchufarlas. Es cierto que no es que le lleguen muchos balones durante un partido, pero en los dos últimos encuentros disputados en casa, tanto Muñoz como Hicham han errado ocasiones clamorosas y es goles lo que se les pide a los delanteros. El equipo tiene una carencia mayúscula y no es otra que la de un hombre gol, de ahí que no se llegue a entender el mensaje "tranquilizador" que ha mandado a la afición para que dejen de preocuparse por la llegada de un delantero centro, porque sigue confiando en los que hay.

Está claro que cada uno vemos el fútbol de una manera distinta, pero son muchos los que lo ven, a día de hoy, de manera completamente distinta a Corona (al menos en cuanto a la posición a reforzar en el equipo).

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