Análisis

ramón gómez vivancos-garcía

A vueltas con el retorno de la competición liguera

Hay algo que un servidor tiene medianamente claro: se volverá a competir o, al menos, se intentará, eso sí, a puerta cerrada. Demasiados euros hay en juego como para rendirse y dar por finalizada o anulada la temporada. No se trata de situar a la economía, a través del deporte, por delante de la salud, o mejor dicho, de la supervivencia, sino que en función de la previsible disminución de contagios en las próximas semanas, se buscará la vía que permita dilucidar de la manera más justa, que no es otra que sobre el terreno de juego, los puestos clave de cada campaña. Si todo sale medianamente bien (ojalá así sea por el bien de todos) se perderá menos dinero del que se hubiera malogrado de tener que suspender definitivamente la temporada. Es más, me da que se va a estirar el chicle al máximo con el objetivo de intentar acabar como se pueda la presente campaña para, acto seguido, comenzar con la siguiente. El problema se puede suscitar con los contratos vigentes, pero vamos a pensar en positivo y a creer que en agosto se puede producir el trasvase de temporadas y jugadores. Las medidas de seguridad higiénica deberán de ser extremas desde el comienzo de los entrenamientos, porque ¿alguien se imagina que uno o dos jugadores contraigan el virus a falta de varias jornadas? El resto de la plantilla, o sus plantillas, deberán de guardar la cuarentena, por lo que el nuevo parón sí que podría finiquitar de forma definitiva una campaña que, ocurra lo que ocurra, pasará a la historia. Contando con todas las precauciones del mundo, hay que intentarlo, porque cuando se quieren peces hay que mojarse el culo. A colación de un posible parón definitivo, la preparación física con la que cada conjunto partirá, va a resultar más que decisiva. El ejemplo lo tenemos en la UDA de principio de temporada, con una puesta a punto tan soberbia, que eclipsó a rivales de mayor calidad. Asimismo, habría que aspirar a estar lo más arriba posible cuanto antes, porque uno nunca sabe lo que finalmente se pudiera determinar si se diera por finalizada la temporada a falta de algunas jornadas. Los 11 partidos que restan se pueden asemejar a un Mundial o a una Eurocopa, donde a veces no gana el mejor, sino la selección que en ese momento llega al pico de su mejor preparación. La UDA parte con la ventaja de estar bien clasificada, pese a la pesadilla vivida tras lo de Soria, y con una plantilla amplia que va a recuperar a jugadores tan importantes como Juan Ibiza o el mismísimo Coric, que de haber continuado la liga en sus fechas previstas, habrían llegado muy verdes al epílogo de la temporada después de sus lesiones. Se sigue hablando de los posibles escenarios en caso de que la pandemia rebrote con violencia y únicamente obligara a planificar la siguiente temporada. En ese caso, con la reciente propuesta de la RFEF la UDA ascendería. Plantel extenso, de calidad, tercer puesto y algo muy importante, unos jugadores encantados y privilegiados de pertenecer a la UDA de Turki, que con su comunicado por redes sociales, confirma que mantiene los emolumentos de jugadores y empleados del club, pese a la crisis actual. Como comentó el capitán Fernando, es un privilegio pertenecer a esta UDA de Turki.

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