Almería, 17 de septiembre de 2020. Estimado Piñeiro, la ventana veraniega se está convirtiendo en lo más parecido a un zoco, un mercado árabe, en clave rojiblanca. Van doce contrataciones (contando las permanencias de Maras y Villalba) más las que faltan por llegar y las conseguientes salidas que restan por producirse. Un equipo que el curso pasado fue tercer clasificado y peleó el ascenso en el play-off va a quedar práticamente irreconocible, con la consiguiente pérdida de identidad que eso genera. Cada vez está más claro que la principal preocupación de la nueva propiedad es comprar, revalorizar y vender, casi más que los objetivos deportivos. Lo de Darwin salió bien y por ahí van a insistir aunque la apuesta por Appiah de momento haya salido rana. Eso explica la llegada de los juveniles Gutiérrez y Olivera. Con este frenesí de movimientos es muy difícil que un entrenador pueda hilvanar un bloque sólido. Ojalá me equivoque.

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