EL 22 de julio de 1921, el General Silvestre, al mando de las fuerzas de la Comandancia General de Melilla, ordenaba el repliegue de Anual, comenzando con ello el llamado Desastre de Anual que significó el hundimiento de la citada Comandancia General, y quedando la ciudad de Melilla a merced de los rifeños de Abd el-Krim.

El 24 de julio de 1921, a primera hora de la mañana atracaba en el puerto de Melilla el vapor Isla de Menorca con un Batallón Expedicionario del Regimiento de Infantería de La Corona número 71, de guarnición en Almería (Cuartel de la Misericordia); al mando del Batallón iba el Teniente Coronel Don Eduardo Barrera Bau.

Después llegarían los Batallones Expedicionarios de los Regimientos de Infantería de Borbón número 17 (Málaga), Extremadura número 15 (Algeciras) y Granada número 34 (Sevilla), el Tercio de Extranjeros y Regulares de Ceuta. El Batallón Expedicionario de la Corona combatiría codo con codo con el Tercio de Extranjeros y Regulares, ganándose la confianza y el respeto de estas Unidades y la admiración de los otros Batallones Expedicionarios.

Como consecuencia de ello, se le concedería al Regimiento la Medalla Militar Colectiva; por Real Orden Circular de 14 de agosto, publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra número 181, de 15 de agosto de 1922, "...el Rey (que Dios guarde), de acuerdo con el Consejo de Ministros, y por resolución de 30 de julio próximo pasado, ha tenido a bien conceder la Medalla Militar al Tercio de Extranjeros, Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta núm. 3 y Regimiento de Infantería La Corona núm. 71, por su brillante actuación en el territorio de Melilla a raíz de los sucesos del mes de julio de 1921…".

Pero esta no fue la única Medalla Militar recibida por La Corona; por Orden Circular de 15 de septiembre de 1922, Diario Oficial del Ministerio de la Guerra número 208, de 16 de septiembre, se le concedía la Medalla Militar al Soldado Don Joaquín Rios Morito, "…como recompensa a sus excepcionales méritos y comportamiento en distintos servicios y operaciones de campaña…".

El Batallón Expedicionario de La Corona, con su conducta, marcó el rumbo de la Campaña, puesto que eran las primeras tropas expedicionarias peninsulares (de reemplazo) que se batían después del desastre de Anual.

El 18 de diciembre de 1922, en el Parque Rey Alfonso XIII (hoy de Nicolás Salmerón), donde se hallaba formado el Regimiento, S. M. el Rey impondría la Medalla Militar Colectiva a la Bandera del Regimiento de La Corona; después colocaría otra Medalla sobre el pecho al Soldado Francisco Ríos; en sus palabras, el Rey diría: "… Almería se une a mí en este homenaje, porque este Regimiento, más que de España, es de Almería…".

También destacaría el propio Jefe del Batallón, el Teniente Coronel Barrera, que encontrándose enfermo se había negado a dejar el mando del Batallón Expedicionario, marchando con él a Melilla y manteniéndose al frente del mismo en todas las acciones de combate en las que intervino el Batallón hasta el 26 de octubre de 1921, en el que fue evacuado al hospital militar de Melilla, falleciendo dos días después; por decreto de S.M. el Rey de 21 de diciembre de 1923, le sería concedido el ascenso a Coronel por méritos de campaña. Le sucedería en el mando del Batallón otro bravo Oficial, el Teniente Coronel Don Miguel Campins Aura, que sería recibido en audiencia por S. M. el Rey para felicitarle por su actuación al mando del Batallón.

Una noche de julio de 1921 los de La Corona salieron de Almería en silencio hacia Melilla, y un amanecer de mayo de 1922 regresaron como héroes; fue una gesta digna de estos andaluces, influidos por el paisaje, el clima y las necesidades.

De nueva creación en agosto de 1918 por reorganización del Ejército y operativo en febrero de 1919, en 1931 el Regimiento desaparecía como consecuencia de las reformas emprendidas por el Ministro de la Guerra Don Manuel Azaña; de nada sirvieron las protestas y apelaciones de la sociedad almeriense ni su brillante actuación en los sucesos de Melilla en 1921.

Al igual que hoy los legionarios de Almería son los primeros, los de La Corona, los de Almería, fueron los primeros en socorrer Melilla en 1921.

Hoy una calle de la ciudad de Almería les recuerda.