Carta del Director/Luz de cobre

AVE Almería-Murcia, más presión social

El Gobierno de turno lleva demasiados años con anuncios vanos, promesas huecas y arcas vacías de inversión

Afirma Claudio Magris, escritor italiano y profesor en la Universidad de Trieste, que hay lugares que hablan, y otros callan y se confían a una elocuencia indirecta que seduce solo a quienes los recorren conociendo lo sucedido en el sitio. La cita la recoge el escritor y periodista Fermín Bocos en su libro "Zeus y Familia" para hablar de las ruinas de Troya.

Pero bien podría ser válida para hablar de la "ruina" que son las obras del AVE que un día, no sabemos cuando, nos debe unir con Murcia, si es que alguna vez la capital pimentonera logra que los trenes surquen sus vías algún día. Al ritmo que llevamos es posible que algunos de ustedes, o quizá solo unos pocos, logren verlo. Los años pasan, las promesas siguen ahí, aunque materializarlas está costando un potosí.

Digo esto porque el jueves #ObjetivoAAlmeríaAVE volvía a poner una nueva lanza en el corazón de las obras, con la intención -creo que la de todos los almerienses- de insistir al gobierno en la necesidad de acelerar unos trabajos que siguen siendo, pese al enfado de aquellos que las defienden a capa y espada, lentas, escasas, indefinidas, oscuras, poco visibles y nada esperanzadoras.

Las imágenes a vista de drone que hemos tenido la oportunidad de ver esta semana muestran, sin tapujos, aquello que vengo denunciando desde hace excesivos años: El Gobierno de turno nos toma el pelo con anuncios vanos, promesas huecas y arcas vacías de inversión, pese a ser contempladas en los Presupuestos Generales del Estado. Puedo entender, y hasta compartir, que la situación geopolítica por la que atravesamos, saliendo de una pandemia y una guerra en el centro de Europa, no es la más boyante para enfrentarse a retos de infraestructuras. Pero es tanta la desidia, dejadez y olvido a la que nos tienen sometidos aquellos que nos han gobernando en los últimos 40 años, que parece una broma de mal gusto los permanentes intentos de calmar tensiones, recuperar credibilidad y elevar las promesas a verdades incuestionables, en tiempos en los que mentir sale tan barato como una bolsa de chucherías.

O aquellos que fían su prestigio a sacar adelante un proyecto ambicioso y necesario se ponen las pilas o no les debe extrañar que a la vuelta de la esquina se encuentren, como ha ocurrido en otras provincias, con un partido o plataforma electoral que prometa trabajar, de verdad, por esta tierra y aúne en torno a sí a tanto descontento. Es una posibilidad tan real, viendo que aquellos que lo han puesto en marcha consiguen euros a cambio de apoyos parlamentarios, que a nadie debe extrañar que ya se advierta algún movimiento en este sentido. Un cantonalismo de esta guisa no parece que sea lo mejor para la estabilidad política del país, pero observan que es la única posibilidad de alcanzar objetivos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios