La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Abstención activa

Sólo en Andalucía, cerca de 113.000 votantes se han dado de baja en el INE para no recibir propaganda electoral

Por sensibilización ambiental o por puro hartazgo. Medio millón de españoles se han dado de baja en el Instituto Nacional de Estadística para no recibir propaganda electoral. Madrileños, zaragozanos y sevillanos han sido los más activos. El plazo terminó ayer y ya hay medios como Maldita.es que han construido un mapa nacional con el número de abstencionistas por provincias. Sólo en Andalucía he contabilizan hasta 112.948 votantes que han dedicado unos minutos de su tiempo a conectarse a internet, activar el certificado digital y clickar en la casilla correspondiente del INE para levantar un muro con los partidos, impedir que el buzón se llene de promesas baldías y vacunarse ante la inminente campaña electoral.

¿Significa que no irán a votar? No necesariamente pero es un síntoma del preocupante desapego de la ciudadanía ante la deriva de descolocación ideológica en que han entrado los partidos y la inaudita situación de inestabilidad en que está naufragando la vida pública e institucional con un Gobierno en funciones que sólo está en funciones cuando conviene. El horizonte electoral ha resuelto de golpe el problema de financiación de las autonomías, volvemos a barajar sin pudor la aplicación del 155 en Cataluña, nos atrevemos a anunciar una subida de las pensiones en diciembre -se haya formado o no el Ejecutivo- ¡y todavía no estamos ni en campaña!

Resulta tan difícil entender el volantazo a los extremos que dieron los partidos el pasado mes de abril como el giro al centro, supuestamente pragmático de ahora, con un mensaje unívoco y cada vez menos creíble: que nuestro voto (esta vez) sí será útil...

Con la excepción de Vox, que sigue llenando Vistalegre sin complejo alguno de nostalgia franquista, el resto de formaciones parecen dispuestas a ocupar el rentable y esquivo espacio de la moderación que en su día colocó a Cs a un paso de dar el sorpasso al PP y que ahora amenaza con hundirlos en la más absoluta insignificancia por incomprensible decisión de su líder. Hasta Podemos se acerca al centro intentando contrarrestar el efecto Errejón, desde el PP desempolvan la "gran coalición" y todos permiten ya que flote en el ambiente la "opción responsable" de una abstención constructiva.

Pero siendo coherentes, sólo el miedo a una abstención activa, la de la gente, la de quienes dan legitimidad al sistema de partidos y a la propia democracia, puede explicar este posicionamiento tacticista. Si de eso van los programas electorales, no hacemos mal los españoles en querer ahorrarnos tal dispendio.

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