La tapia con sifón

Aceites almerienses

El aceite de oliva almeriense ha alcanzado en pocos años un nivel de calidad comparable al de los mejores españoles

El aceite de oliva almeriense ha alcanzado en pocos años un nivel de calidad comparable al de los mejores españoles, italianos o griegos. Una muestra tuvimos en la cata de Las Tardes del IEA, el jueves 9. Asimismo lo confirma su presencia en los exigentes mercados de EEUU y Europa. Aunque hay un dato preocupante: las exportaciones de aceite andaluz a Italia en 2018 han supuesto 612 millones de euros, un 64% más que hace diez años. Es preocupante porque la mayor parte de esas exportaciones son graneles que los italianos envasan y venden como suyo. Supe hace años el caso de un aceite almeriense de alta calidad vendido a catalán, que a su vez lo vendía a un envasador italiano. Dejaba unos 3euros/kg en Almería y llegaba a USA como italiano a 20 o 30 dólares la botellita. Esto ha cambiado, nuestras almazaras se han posicionado en los mercados de alto nivel y obtienen numerosos premios internacionales, como los que atesoran los AOVE que catamos en la recoleta plaza de Julio Alfredo Egea: dos extraordinarios "coupages" de dos almazaras pioneras: Esencia, de Castillo de Tabernas (arbequina, hojiblanca y picual) y Extra Frío, de La Almazara de Canjáyar (arbequina y manzanilla). Empezó la cata con el exquisito arbequino de Olealmanzora, empresa de Pulpí que, con apenas cinco años de vida, ha situado su aceite en la concurrida cumbre de los arbequinos españoles. Acaban de sacar un "coupage" de arbequino y koroneiki, que comentaré pronto. Y cerramos con el picual ecológico de Campos de Uleila -otra joven empresa-, potente y delicado a la vez. Todos los he comentado ya en esta columna y los vuelvo a recomendar efusivamente; el precio es alto pero valen lo que cuestan, sin duda.

No voy a pretender que se usen aceites de alta gama para freír, aunque se puede, por supuesto, pero hay otros muchos más baratos, también vírgenes, que tienen todas las propiedades que no tienen las demás grasas por más oléico que le añadan al girasol. Ese "alto oléico" aguanta más que el girasol normal -180/190ºC- pero sigue por debajo del AOVE (200/210ºC). El aumento de oléico se consigue mediante refinado y "winterización", procesos químicos ambos. El resto de propiedades saludables: antioxidante, antiinflamatorio, mejora del colesterol, etc, sólo las poseen el aceite de oliva virgen y el virgen extra. No hay química que consiga esa maravilla.

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