La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Adelante anda hacia atrás

Maíllo y Rodríguez han caído en un error de efecto paradójico: ahora Cs y PP no dependen de Vox para dominar la Mesa

El cielo está empedrado de buenas intenciones, y la vida política, preñada de consecuencias nefastas de decisiones erróneas cargadas de voluntarismo idealista. Para combatir a la ultraderecha, Adelante Andalucía ha tomado una decisión que ni cierra el paso a la ultraderecha ni dificulta el gobierno de la derecha mayoritaria, además de perjudicarse a sí misma. Es difícil imaginar una estrategia peor.

Traducción: Adelante rechazó los votos de Ciudadanos para conseguir una vicepresidencia del Parlamento para no blanquear el pacto previo por el que Vox apoyaba a una presidenta de Vox en la Cámara a cambio de la secretaría tercera para un ultraderechista. El resultado objetivo de esta gran operación estratégica de la coalición andaluza de IU y Podemos es que Vox está en la Mesa, Adelante no está y la izquierda sale debilitada en la institución que representa la soberanía andaluza.

Y no sólo eso. Con la fórmula propuesta por Cs (una Mesa con 2 de PSOE, 2 PP y 1 de Ciudadanos, AA y Vox) la derecha que va a gobernar Andalucía habría necesitado continuamente la ayuda de Vox para tener mayoría en el órgano de gobierno del Parlamento. Tras la autormarginación de Adelante, los 4 de Cs y PP se impondrán siempre a los 2 de PSOE sin necesidad de recurrir al representante ultra y, por tanto, sin visibilizar que son rehenes de la derecha más dura y antiautonómica. Justo lo contrario de lo que pretendía la izquierda autoentronizada como pura y verdadera.

Adelante Andalucía se ha disparado al pie. Ha practicado una especie de serendipia negativa: buscaba una cosa y, en el camino, ha encontrado otra, imprevista, distinta... y peor. No ha podido dejar fuera de la Mesa parlamentaria a Vox y, encima, es ella la que se autoexcluye del sitio en el que se deciden los debates y se organiza la tramitación de las leyes, aparte de dejar de percibir un dinero curioso. Adelante se merecía estar ahí porque así lo decidieron los andaluces, pero también se lo merece Vox. Se lo ganó igual.

Ni siquiera tenía Adelante que prestar sus votos a Vox, sólo votarse a sí mismo y recibir los de Cs. Pero han preferido la pureza a costa de la soledad. Es una pena que un político tan valioso como Antonio Maíllo no asuma que la política es contaminación y que si uno no soporta el calor de los fogones no debe meterse a cocinero. En cuanto a Teresa Rodríguez, seguro que ha leído a Lenin y sus avisos sobre el izquierdismo como enfermedad infantil. Pero no lo ha entendido.

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