Adiós julio

Hay una población activa de 25.000 personas a las que por el confinamiento se les clasifica como inactivas

Este verano hay pocas cosas que me recuerden al del año pasado. Quizás solo una. El mismo vecino de 2019 se ha marchado al pueblo y dejado el coche en uno de los garajes de la calle. Al igual que entonces, la alarma del coche ha saltado y por la noche el pitido machacón hace eco. La experiencia nos dice que estaremos así hasta que regrese del pueblo o se quede sin batería. Lo que ocurra antes. ¿Cuál es mi miedo? Que confinen su comarca y nos plantemos con el pitido en septiembre. Y, como ven, ya salió el tema, que sigue impregnando todo como ese olor inconfundible de las patatas que el 7 de marzo te dejaste en la segunda residencia porque ibas a volver el 14 a hacer una tortillita para cenar. Un olor que llega a los datos económicos y laborales que conocimos esta última semana. Previsibles, sí. Y malos también. Empecemos por el paro. Bajó en nuestra provincia este segundo trimestre. En principio, por tanto, sería un hecho bueno. Mas la alegría dura poco en casa del pobre. El desempleo se redujo en 5.900 personas, hasta situarse en 64.000. Pero (qué miedo dan las frases que empiezan con un pero) la población activa descendió en 31.800 personas. Uno de los requisitos para ser considerado parado es que se esté buscando activamente empleo. Sabemos que la economía almeriense es cíclica. Al finalizar la campaña agrícola muchos fijos discontinuos -envasadoras, especialmente- interrumpen la actividad y, al no incluirse entre las personas que buscan empleo, incrementan la cifra de inactivos. Vale, la media de ese descenso de la población activa en los últimos años está en torno a 7.000. Por tanto, hay una caída de la población activa de unas 25.000 personas a las que debido a que el confinamiento ha limitado la búsqueda de un empleo se las clasifica como inactivas cuando, probablemente, su situación sea la de paradas. A pesar de ello, la tasa de paro almeriense ha subido hasta el 20,21%, y son 4 puntos más que el año pasado y ello es así, porque como decía hay menos población activa. Lo positivo (algo es algo) es que a diferencia del conjunto de España, la Construcción sigue creando empleo en nuestra provincia, y la cifra de ocupados en el sector es el mayor en cuatro años. Tomemos pues los datos como lo que son, un pitido chirriante como el del coche del vecino. La cuestión es ¿ese pitido continuará en el tiempo y acabamos como el rosario de la aurora o desaparece y no volvemos la vista atrás? Los datos del turismo advierten que mientras haya rebrotes la recuperación tendrá los pies de barro.

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