Fue, sin duda, una despedida agridulce. Un adiós definitivo a los 133 años de existencia en los que formó parte de la historia económica y social del país, siendo testigo de acontecimientos trascendentales. Aquel, lejano ya, 28 de febrero de 2002, fue la fecha elegida para que la peseta dejase de tener valor legal. A partir del 1 de marzo, el euro, que llevaba dos meses circulando por nuestros bolsillos, ya sería la única divisa de curso legal. El Ministerio de Economía, en colaboración con la Casa de la Moneda, organizaron diferentes actos para su último adiós.

Comienza la cuenta atrás para que la peseta forme parte de la historia de España y deje de tener valor monetario, más allá del sentimental. El próximo 30 de junio será la fecha término, para poder ser cajeadas en el Banco de España. A partir de esa fecha dejará de cambiar la antigua divisa, con lo que pasará a ser un mero objeto de coleccionista, perdiendo el valor que aún conserva. Hablamos de un acontecimiento histórico. Hablamos de un fin anunciado, aunque miles de españoles aún guarden pesetas por algún cajón olvidado, en la hucha y no dejarán de ser un bonito e inservible recuerdo. Hablamos de un hecho que llega algo menos de diecinueve años después de que la peseta fuese sustituida por el euro como moneda de curso legal en nuestro país.

La "chatarra" obtenida de la destrucción de las 33.000 toneladas de monedas de pesetas que se han ido canjeando serán utilizadas en el ámbito industrial, pero jamás para fabricar euros por incompatibilidad de aleaciones. Unas serán utilizadas para fabricar barriles de cerveza, otras para tuberías de refrigeración y otras para hélices de barco. Las piezas se han troceado, en lugar de ser fundidas, para facilitar su transporte hasta los almacenes de las empresas expertas en reciclaje que se adjudicaron la subasta. ¡¡Curioso, verdad!!

Los españoles aún conservan algunos millones de euros en monedas y billetes de pesetas sin canjear. También, los turistas que llegados de diferentes países a lo largo de años, volvieron a su origen con monedas y billetes de nuestra, ya casi olvidada, peseta.

La peseta nació como unidad del sistema monetario español el 19 de octubre de 1868, por decreto del Gobierno Provisional formado tras el derrocamiento de Isabel II, por iniciativa del Ministro de Finanzas, el catalán Laureano Figuerola.