Adulación

Quiero poner sobre el tapete la dura campaña de trincheras de las que estamos siendo testigos en redes sociales

Ya se ha bajado el diapasón. Los primeros días en los que hubo que hacer frente a la pandemia se repitió hasta la saciedad, discurso del rey incluido, que "España es un gran país", que "somos un gran pueblo", y otras expresiones similares. Dicho una y otra vez, también en boca de políticos de distinto signo, puede que incluso llegáramos a creérnoslo. Entonces, en esos momentos me vienen a la cabeza las palabras de Celaya que, como tantos, conocí a través de Paco Ibáñez, que nos decía aquello de "nosotros somos quien somos, basta de historia y de cuentos". Y empiezo a pensar qué y quiénes somos realmente. ¿Somos tan buenos, tan magníficos, tan extraordinarios? En el mejor de los casos puede que seamos así de buenos. Sin lugar a dudas hay personas y situaciones que lo reafirman. Pero ¿sería necesario que nos lo repitieran una y otra vez? Siendo un "gran pueblo" no haría falta recordarlo continuamente. ¿O será simple adulación?Suena a algo así como a estimulación, como se hace con los pequeños para que se esfuercen en conseguir algo. Se trata de motivar. Porque quizá los que tanto nos lo alaban no lo tengan tan claro. Ni yo tampoco. La hipótesis esta se ve reforzada por algunos, bastantes, comportamientos de alguna gente. No me refiero solo a ese conjunto de personas que se saltan el confinamiento o "asaltan" los supermercados. Que los hay. Quiero poner sobre el tapete la dura campaña de trincheras de las que estamos siendo testigos en redes sociales. Es impresionante leer y ver (hay un uso brutal de videos) descalificaciones, ataques, mofas contra todo lo que se mueve, porque se mueve, y contra lo que se está quieto porque está quieto. ¿Por eso repiten lo de "lo paramos unidos"? Y luego están las "amenazas". Es digno de admiración que la oposición haya formado piña (¿seguro?) con el gobierno, dada la dificil situación en la que nos encontramos. Sin embargo, tras la declaración de "lealtad" se añade una penosa coletilla de que "tiempo habrá" de pasar la factura, de mandar al cobrador del frac, cuando se supere el trago. Como si estuvieran esperando el fracaso. Todas estas no son actitudes propias de un gran país, de un gran pueblo. Se hace necesario darnos un baño de realidad, saber que lamentablemente no somos lo que nos han dicho que somos, que como"pueblo" tenemos muchas deficiencias. Sabiendo nuestras limitaciones podremos enfrentarnos mejor con el problema.

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