Cuántos de nosotros no estarán pensando, cada vez que leen el periódico, la tradicional frase de no puede estar tranquilo uno nunca. Acabó el Estado de Alarma en medio de alguna verbena (¿Si quitas el toque de queda pero dejas cerrado los bares no existe la probabilidad de que la gente se reuna en la calle aunque solo sea por ganarse unos cuantos likes en Instagram poniendo estuve en una plaza a las doce la noche? La pregunta es retórica, porque la respuesta es que sí).

Todo invita al optimismo (salvo los datos de paro, creo yo). Estamos sin Estado de Alarma, con la incidencia de la pandemia a la baja, los vacunados al alza, y el ocio nocturno y los estadios preparándose para abrir. Pero, -siempre hay un pero- los autónomos se toparon esta última semana con noticias un tanto inquietantes, como las series de misterio: el anuncio del cambio en el sistema de cotización. Que luego no es un cambio, sino solo un anuncio del anuncio, con esa tendencia tan del gusto de la clase dirigente de lanzar globos sonda sobre malas noticias, que más tarde se desmienten, posteriormente se matizan y, efectivamente, al final se cumplen.

Los autónomos representan el 21% de los afiliados a la Seguridad Social en Almería, algo más de 61.000 personas. En nuestra provincia, por otra parte, cuando se habla del tamaño de las empresas no podemos ignorar que el 58% son personas físicas. Pues bien, el 9% de los autónomos seguía a finales de abril percibiendo el cese de actividad. En total 5.523 personas, mientras que en el Régimen General, apenas el 2% de los trabajadores estaba aún en un ERTE.

Es decir, un componente tan importante del tejido productivo almeriense, los autónomos, han atravesado con dureza esta pandemia (No se trata de competir por ver quien ha sufrido económicamente más, hay que advertir) Por ello estas noticias sobre cambios en las cotizaciones, un período de transición de nueve años para llegar a que la cuota de los autónomos oscile entre 90 y 1.220 euros, pero con un período intermedio que llegaría al caso de que, en 2023, un autónomo que ganase 3.000 euros anuales pagase 200 al mes, ha indignado a los representantes de estos trabajadores. Tal vez porque ni siquiera se les ha consultado. ¿Hacía falta, en este momento y sin tener aún claro, ni consensuado el tema, lanzar estos proyectos. Creo que no. Pienso que son unos trabajadores demasiado importantes para el tejido productivo como para tratarles así.

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