Almería es la provincia española que lidera las exportaciones al Reino Unido, de modo que tienen una importancia vital para nuestro sector agrícola, y en general, para toda nuestra economía. Una larga historia comercial nos une al Reino Unido, durante parte del siglo XIX y XX: la uva de mesa y la minería del hierro y el plomo. Desde buena parte de la segunda mitad de la pasada centuria hasta el presente, nuestras magnificas hortalizas. También esta tierra acoge a muchos ciudadanos británicos que han decidido vivir su retiro aquí. Dice el refranero español que las desgracias nunca vienen solas, y tristemente no le faltan argumentos. En las dos últimas semanas hemos visto como la crisis producida por las intenciones del Reino Unido de abandonar la Unión Europea se recrudecían, al estilo corsario, que parece gustar tanto a su actual primer ministro Boris Johnson. ¿Dónde están las medidas que debe llevar a cabo el gobierno español para afrontar, sea cual sea, la situación que se presente? Nuestros diputados, senadores y diplomáticos deberían estar promoviendo dichas acciones en nuestras instituciones y en las europeas. Espero estar equivocada y que la actividad política sea frenética, pero lo único que se ha visto es que a última hora se convocaba una reunión en la Moncloa, después de la soirée de Biarritz. No me parece ni de lejos, suficiente. Como el príncipe Hamlet de Shakespeare todos parecen preguntarse: Ser o no ser. Una de las asignaturas con las que más he aprendido en la universidad fue Historia de las Islas Británicas desde la Prehistoria hasta la Edad Media, creada e impartida brillantemente por Manuel Carrilero Milán, maestro, en el mejor sentido del término latino magister, al que rindo un sentido homenaje. Aprendimos a comprender muy bien la historia de Gran Bretaña, Inglaterra, puesto que han tenido una tortuosa y particular crónica de complejo de superioridad con el resto de Europa, o lo que con nariz arrugada denominan "el continente". De algo útil debe servirnos la historia compartida, sobre todo las oscuridades y los fracasos. Europa ha de ser autocritica y curarse de mentiras, hedonismo y necedad. Para Almería los quebrantos que produzca el Brexit pueden ser más que graves, del mismo modo que para Cádiz, ¿qué pasara con las personas que van diariamente a trabajar a Gibraltar? No estamos para improvisaciones y frivolidades.

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