URGENTE Pedro Sánchez se retira de la vida pública hasta el 29 de abril para pensar si seguirá de presidente del Gobierno

Carta del Director/Luz de cobre

Almería, delicias de príncipes

La unanimidad y el consenso de todos es la base sobre la que debe asentarse un proyecto como la capitalidad

La ciudad aspira a convertirse en 2019 en capital gastronómica. El objetivo es ser referente nacional durante todo un año, con lo que supone de consolidación de la marca. La tarea no es fácil, claro que no, aunque el trabajo emprendido por el Ayuntamiento, bendecido por todos los grupos políticos y por amplios sectores de Almería, cuenta con la solidez necesaria para competir con éxito en octubre cuando el jurado de a conocer al ganador.

La capital sucedería a León, que este año tiene por delante un amplio abanico de eventos, programados mes a mes, que tendrán la virtud de poner en valor la gastronomía de una tierra de reyes, cuna del parlamentarismo, que ha sabido con tino, cierto tacto y criterio situarse en el mapa con un evento del que todos hablan.

Manjar de Reyes es el eslogan sobre el que se asienta la capitalidad de una ciudad que tiene todas las posibilidades turísticas. Sumarle la gastronomía es sinónimo de éxito y triunfo.

El proyecto de Almería debe ser original, diferente, capaz de poner en valor aquellos productos con los que contamos y aquellos locales que aún están por eclosionar y que la capitalidad, no lo duden, ofrecería el impulso o empujón que necesitan.

Pasear por las calle de León y recorrer los restaurantes y bares merece la pena. No ya por el placer de degustar la cecina, los bollos preñaos o una simple, pero exquisita sopa de ajo, sin poner reparos a cualquier tipo de carne. Si importante es esto, lo es más la gran unanimidad que la apuesta logró para optar con garantías al triunfo. Un proyecto en el que la Diputación se sumó con la marca "Productos de León", que ya cumple 25 años o la Cámara de Comercio, que aglutina a las empresas de una provincia con 211 municipios, y que se ha sumado con el mismo entusiasmo como si fuera con ellos la aspiración de la capital.

Un espejo en el que Almería debe mirarse, porque si importante es el legado posterior que la capitalidad deja, más lo es la ilusión colectiva que genera. El chute de endorfinas en lo colectivo que reparte de forma solidaria entre aquellos que muchas veces, más de las necesarias, se preñan de un pesimismo tan falso como innecesario.

Almería, la capital que lidera el proyecto y la provincia que se suma como un todo a la idea, es capaz y tiene los mimbres necesarios, para solidificar una apuesta tan de futuro, salvando las distancias, como ya fueron los Juegos Mediterráneos de 2005. Un evento que cambió cualquier concepto trasnochado, casposo o anclado en el pasado de que esta tierra se queda más en lo individual que en lo colectivo, en el pasado que en el brillante y prometedor futuro, en la indolencia que en la capacidad de innovación. Fuera ya los tratamientos de diván para pesimistas y bienvenidos a un futuro prometedor.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios