Carta del Director/Luz de cobre

Lo que Almería espera del gobierno andaluz

TRANSCURRIDO casi un mes de las elecciones andaluzas que dieron mayoría absoluta al Partido Popular de Juanma Moreno y con el pleno de investidura a la vuelta de la esquina, parece conveniente poner negro sobre blanco lo que esta provincia espera del gobierno andaluz hasta 2026. El propio Alfonso Guerra, quien fuera vicepresidente del Gobierno con Felipe González y todopoderoso secretario de Organización de este partido en la década de los noventa, abundaba hace una semana en una tesis que muchos analistas pueden compartir.  Decía el histórico socialista sevillano  que “a favor del PP ha jugado el haber gobernado como lo hacía el PSOE antes, sin rupturas traumáticas. Al contrario, la centralidad, el gobierno para todos que desde el primer momento impuso Juanma Moreno le ha servido durante este tiempo para alcanzar el mayor vuelco político de la historia, sin el menor ruido, cero crispación y apoyo claro y definido a una forma de hacer política del agrado de la mayoría”. Logrado el objetivo, ahora toca gobernar “para todos”, como el propio presidente se encarga de repetir como un mantra allí donde va. Y esta tierra, la más alejada del centro de decisiones políticas de la comunidad, aún tiene pendientes innumerables necesidades. Los almerienses esperan, esperamos, que la legislatura sea aquella en la que la autovía del Almanzora concluya, al menos desde Macael a la A-7 y se perfile su prolongación hasta Baza. Los pasos dados hasta ahora son óptimos, aunque debemos seguir vigilantes para que las promesas se cumplan y la necesidad se convierta en  virtud. El presidente quiere que esta sea la legilatura del agua. La intención no es baladí. A los problemas crónicos de la provincia de Almería se suman otras de la región, como puede ser Huelva. Aunque las soluciones deben llegar y corresponden al Gobierno de la nación, -política de trasvases y desalación- bien es cierto que queda mucho trabajo por hacer en el uso de aguas rediduales depuradas. Si son capaces de arbitrar las medidas y las obras necesarias, se puede avanzar mucho en soluciones medioambientales -Europa nos pisa los talones- y en recursos hídricos para la agricultura. No olvidar algunos hitos que pueden marcar el devenir futuro y que tienen en la cultura su base. Hablo de la recuperación de la Alcazaba y el patio interior del castillo de Vélez Blanco. Es posible que no vayan más allá de inversiones más o menos millonarias, pero si tienen especial trascendencia en la historia de esta tierra como provincia. Mirar ambos monumentos y verlos puestos en valor va más alla del sentimentalismo, para adentarse en el camino del alma de una tierra, orgullosa de su pasado, que mira al futuro desde la atalaya de dos joyas claves para entender nuestra historia y la ruta que nos lleva a mantener vivo lo mejor de nosotros: creatividad, innovación y un alma indomable.

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