Libertad Quijotesca

Amarga política

La soberanía de la Nación pertenece a los españoles, no a intrigas, mociones ni reparticiones

L A política en España es un pantano de aguas estancadas, donde parasita una autodenominada élite, casta o clase política que no tiene ninguna otra preocupación que su afán de dominio, para vivir a costa de los impuestos que pagamos los ciudadanos. Privilegio, hedonismo, grilletes e ignorancia. Carecen de nervio, ambición y responsabilidad por y para gobernar la Nación Española. Salvo honrosas y heroicas excepciones, a pesar de sus partidos, el gremio es nefasto. Nadie está exento de responsabilidad, porque el linaje de la industria del politiqueo procede de las entrañas de nuestra sociedad. De ningún modo basta con la indignación del español sentado para reconocer, afrontar y solucionar los problemas que tenemos. Todos debemos asumir y poner en práctica la responsabilidad que nos pertenece. Se le atribuye a Otto Von Bismarck (1815-1898) sagaz estadista decisivo en las relaciones internacionales, y artífice de la unificación de Alemania como Nación en el siglo XIX, las siguientes afirmaciones sobre España: "La nación más fuerte del mundo es sin duda España. Siempre ha intentado autodestruirse y nunca lo ha conseguido. El día que dejen de intentarlo, volverán a ser la vanguardia del mundo…Lo increíble de España es que con una clase política tan inepta, todavía exista el país". Queridos lectores en España no levantamos cabeza desde que el bruto de Napoleón Bonaparte se vio poseído por lo que denomino fiebre alejandrina en su versión gala. Es decir, quería ser Alejandro Magno, eso sí, con su personal interpretación tanto de la Revolución Francesa, como de la historia del legendario alumno de Aristóteles. ¿Qué demonios le pasa a la izquierda y a la derecha en España?

Endogámicos y autocomplacientes son incapaces de liderar la definitiva liberación de España de las cadenas del sectarismo. Todos ignoran nuestra historia y cultura. Han destruido la educación y la separación de poderes. Sobre todo domesticar la justicia. Todos mareados por el centro. La izquierda siempre con su plan de descuartizar el país federándolo asimétricamente en algo que no se llame España. En la derecha terminan desamortizando el país. Y todo para emular a Carrillos y Pachecos del siglo XV, que tanta briega dieron para nada bueno. Ahora van a por nuestra soberanía como pueblo dueño de su Nación. Intrigando mociones en despachos y callejones ¿para qué democracia ni elecciones?

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