Carta del Director/Luz de cobre

Amat deja la Diputación

La gestión en Diputación, como todas, ha tenido luces y sombras. Pero las primeras superan, con mucho, a las segundas

Todavía queda por concretar el día en el que hará efectiva su renuncia como presidente, pero no se prolongará más allá de la primera quincena de enero. Sea como fuere, lo cierto es que Gabriel Amat deja la Diputación de Almería tras casi dos legislaturas, con la intención de dedicarse de pleno, si ya no lo estaba, al Ayuntamiento de Roquetas de Mar. Quiere terminar su vida política como alcalde de su ciudad y no es reprochable. Sabe de la importancia de ir las 24 horas con el uniforme de primer edil y lo que significa no hacerlo. En las municipales de hace casi cuatro años se quedó a muy poco votos de la mayoría absoluta. Siempre entendió que este puñado de sufragios que le faltó no hubiera sido tal si no compaginase la tarea de alcalde con la de presidente de la Diputación. En 2019 la situación no es, ni de largo, la de 2015. El voto está mucho más fragmentado y hay hasta cinco partidos con posibilidades de tener representación en el consistorio. Bajo esta premisa, o dedicas la totalidad de tu tiempo a trabajar en el Ayuntamiento, o corres serio riesgo de diezmar tus apoyos y poner en peligro el sueño de abandonar la vida política como alcalde tu pueblo.

Esta y no otra es la causa de su renuncia. Luego, claro está, hay pequeños detalles, otros aspectos, que sumados también puede que tengan su incidencia en la decisión adoptada por Amat. Pero la principal no es otra que la apuntada. Cree, y tiene motivos para ello, que puede revalidar con el apoyo de algún partido de ideología similar la vara de mando y en eso está.

Su gestión al frente de la Diputación, de la que hacía balance hace unos días ha tenido como todas, sus luces y sus sombras. Pero si hay que situar unas y otras en una balanza, qué duda cabe que las primeras han superado, con mucho, a los segundas, por lo que el fiel siempre se decantará del lado positivo. La provincia de Almería, en aquellas competencias que dependen de la Diputación Provincial, ha experimentado una notable mejoría en las dos últimas legislaturas. La deuda de la institución se sitúa en límites más que razonables; la ayuda a municipios, en sus diversos aspectos, está en un nivel óptimo; la gestión de abastecimiento a aquellos pueblos con problemas se ha redireccionado hacia soluciones óptimas; en Cultura el Festival de Cine va como un tiro y los municipios, por pequeños que sean, disponen de una programación visible; en Turismo la provincia recibe más visitantes que nunca y los vuelos se han incrementado de forma exponencial. El Hospital Provincial está rehabilitándose y el Plan de Caminos y Carreteras avanza por la senda correcta.

En el otro lado de la balanza creo que la gestión de Galasa, (Gestión de Aguas del Levante) podía haber caminado por otros derroteros y la Residencia Asistida, aunque sigue ahí, ha estado en demasiadas ocasiones en el ojo del huracán. Aspectos a mejorar por su sucesor.

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