Abierto de Noche

Fco. S. Collantes

Amor animal

CUANDO suenen las campanas, es mejor que suenen tan fuerte que te dejen completamente sordo y no las escuches nunca más. En estos días pasados donde siguen pasando cosas todo es ayer en la memoria de lo que pasa y se olvida al día siguiente. Y es verdad que los días no son iguales, como cuando de improviso en un solo día se conquista una ansiada por todos península de Crimea y parece que va a cambiar el mundo, pero es sólo una península conquistada un día. Volverá el esplendor de la vieja Rusia y sus estandartes o no volverá nada pero no busquen hoy portadas sobre la tercera guerra mundial porque eso era del periódico del mundo de ayer. Es tan efímero el éxito con su incertidumbre cuántica que cuando lo quieres analizar se va y estás siempre analizando algo que ya no está. El nuevo zar sin miedo de todas las rusias no dudó en movilizar toda la artillería y ponerla en posición de combate en el polvorín de la historia. Y lo consiguió sin disparar una sola bala. Y qué. Todo pasa ya veloz y da la impresión de que luego no queda ni el humo, ni del fuego dialéctico, ni del físico. Y el nuevo zar amante de la caza y ese animal que lleva dentro igual a todos los animales en eso de que quieren ser poderosos medita sobre su conquista pero lo que le y nos diferencia de los animales es que luego no dejamos de darle vueltas y buscarle sentido a lo que los animales saben que no lo tiene. Vino, vio y venció su victoria pírrica el animal de mirada profunda. La conquista fácil, la que pone en entredicho todo lo aparente. Pero hecha la guerra relámpago con palabras mayores ya hay otra tormenta preparada en medio del planeta. Volverán la diplomacia y las buenas formas pero ya hay dinamita abundante, fresca y cercana. La metralla que espera la carne débil del soldado valiente que viene del frío. Ese que se puso las botas y pisó después sobre las cenizas de las hogueras apagadas donde los rescoldos estaban aún calientes mientras miraba en el cielo las pavesas. Y en esa mirada de felino de actor principal del Teatro Dubrovka hay gas para todo lo visible. Gas y cementerios nucleares llenos y vacíos. En ese vacío animal de mapa físico-político hay una guerra pendiente y un incendio futuro. Hombre-incendio que pasea por inmensos jardines llenos de rosas cogido de la mano de una bomba de relojería. Incendio que dice a toda Ucrania: no sufras, no te haré daño. He venido para quedarme.

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