El medio y el ambiente

¿Amorosos o violentos?

En peores garitas hemos hecho guardia: ¡saldremos si nos empecinamos!, así que a ello

En la mítica película Pretty Woman, para mi gusto hay una escena genial por lo que tiene de didáctica y de sentimientos: la escena de la ópera. Edward Lewis (Richard Gere) es un rico hombre de negocios que lleva a Vivian (Julia Roberts) a la Ópera de San Francisco, para ver La Traviata. Como Vivian no ha visto jamás una ópera, Edward le advierte sobre la reacción de las personas la primera vez que ve una ópera: o les encanta o les horroriza. Si les encanta será para siempre, si no, pueden llegar a apreciarla, pero jamás les llegará al corazón. Al final de la representación, cuando la vecina de palco le pregunta a Vivian si le ha gustado la representación, ésta le contesta espontáneamente: "por poco me meo de gusto en las bragas" que Edward traduce como "dice que la música de La Traviata la embriaga", que la susodicha vecina acepta sin mucha convicción. Lo que nos relata Vivian es solamente una historia de amor: la suya con La Traviata. El descubrimiento de una belleza desconocida por un alma ansiosa de recibir belleza, ya de que de lo demás está bastante bien servida. Quizás ese sea el problema de nuestra sociedad, que en realidad no descubre todas las bellezas que tiene en su alrededor y en su seno, y vive regodeándose en lo triste, cruel, desagradable, molesto, dañino, y similares, en lugar de investigar qué sensaciones desconocidas hay por ahí que sirvan para sonreir y reir, para alegrar el espíritu y no andar jugando "a la naranja mecánica" donde Beethoven es usado y no disfrutado. Teniendo en cuenta que como dice Benedicto XVI en su encíclica Deus Caritas est: "En realidad, eros y agapé … Cuanto más encuentran ambos, … tanto mejor se realiza la verdadera esencia del amor en general. Si bien el eros inicialmente es sobre todo vehemente, ascendente, al aproximarse la persona al otro se planteará cada vez menos cuestiones sobre sí misma, para buscar cada vez más la felicidad del otro,… Por otro lado, el hombre … No puede dar únicamente y siempre, también debe recibir. Quien quiere dar amor, debe a su vez recibirlo como don. En resumen: Vivian y su cliente Edward, La Traviata y Verdi, La Naranja Mecánica y Beethowen, y Benedicto y su encíclica sobre el amor, ejemplos de que la belleza y el amor existen pero lo importante es el uso que hagamos de ellos. Si es el adecuado y en el sentido positivo, a veces conseguiremos vencer las adversidades, los malos humores y los arrebatos de ira que a fin de cuentas, son el comienzo de la violencia de todo tipo tan ocluida en nuestra sociedad. En peores garitas hemos hecho guardia: ¡saldremos si nos empecinamos!, así que a ello.

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